De cara a una nueva gala de eliminación, la platense Martina Pereyra recibió una de las primeras fulminantes de esta edición de Gran Hermano junto a su compañero Renato Rossini. De esta manera, la fanática de Estudiantes de La Plata quedó en la cuerda floja en el reality.
La joven deberá esperar el resultado del público, que se conocerá el próximo domingo. Todo fue a partir de la decisión de la líder de la casa, Sofía “Sopa” Buscio, quien fue premiada con varios beneficios: la posibilidad de mandar a dos concursantes a placa y prohibir que otros dos puedan votar.
“No quiero guiarme por afinidad. Elijo a dos personas que creo que no se van a ir. Perdón, pero son fuertes afuera, y quiero dar espacios para conocer mejor a todos”, expresó la concursante. En el caso de la platense, la líder de la semana explicó que su voto fue por una cuestión de lejanía. “No hablamos casi nada, no siento confianza”, aseguró.
De esta manera, Martina tendrá que generar una estrategia para no abandonar la casa en la segunda gala de eliminación de esta temporada. Cabe recordar que Delfina de Lellis fuera la primera en abandonar la casa más famosa del país debido a sus comentarios transfobicos que provocaron el rechazo de los espectadores.