Cuando las temperaturas bajan y el clima se vuelve más hostil, los muebles de exterior pueden sufrir daños por humedad, heladas y lluvias. Sin embargo, con el mantenimiento adecuado, es posible prolongar su vida útil y asegurarse de que estén listos para la próxima temporada de calor.
Limpieza profunda antes del resguardo
Antes de guardar o cubrir los muebles de jardín, es fundamental limpiarlos a fondo para eliminar la suciedad, el polvo y cualquier residuo que pueda deteriorar los materiales con el tiempo. Para la limpieza, se recomienda utilizar una mezcla de agua tibia con jabón neutro y una esponja suave o un cepillo de cerdas blandas. En caso de moho o manchas difíciles, un limpiador especializado puede ser de gran ayuda, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante.
Secado completo para evitar daños en clima húmedo
La humedad es uno de los principales enemigos de los muebles de jardín durante el invierno. Por ello, después de la limpieza, es crucial asegurarse de que estén completamente secos antes de almacenarlos o cubrirlos. Se recomienda dejarlos al sol el tiempo necesario y, si tienen zonas de difícil acceso, utilizar un paño absorbente o incluso aire comprimido para eliminar la humedad residual.
Uso de fundas protectoras
Las fundas de protección son una inversión clave para mantener los muebles de jardín a salvo de la lluvia, la nieve y el viento. Es recomendable optar por modelos transpirables y resistentes al agua, con sistemas de sujeción que eviten que el viento las desplace. Además, es conveniente revisar periódicamente que no se acumule humedad debajo de ellas, lo que podría favorecer la aparición de moho.
Almacenamiento en interiores cuando sea posible
Si se dispone de un espacio adecuado, como un garaje, trastero o cobertizo, guardar los muebles en interiores es la mejor forma de protegerlos del clima extremo. Es importante que el lugar esté seco y bien ventilado para evitar la acumulación de humedad. En caso de no poder trasladarlos, una opción es colocarlos en un área resguardada, como un porche o terraza cubierta.
Cuidado específico según el material
Cada tipo de material requiere un mantenimiento particular:
- Madera: Aplicar un sellador o barniz protector ayuda a evitar daños por humedad y cambios de temperatura.
- Metal: Es recomendable revisar la presencia de óxido y tratarlo con productos específicos antes de que se extienda.
- Plástico: Aunque es resistente, el plástico puede volverse quebradizo con el frío extremo, por lo que cubrirlo o resguardarlo es una buena práctica.
Inspección y mantenimiento regular
Realizar inspecciones periódicas durante el invierno permite detectar problemas a tiempo y evitar daños mayores. Comprobar la estabilidad de las estructuras, ajustar tornillos sueltos y tratar cualquier desperfecto garantizará que los muebles de jardín estén listos para usarse cuando llegue el buen tiempo.
Con estos cuidados, los muebles de jardín podrán superar el invierno sin inconvenientes y estarán en óptimas condiciones para disfrutar al aire libre cuando regrese el clima cálido.