Otro oficialismo de Latinoamérica se rompe, esta vez
se trata de Bolivia. La conducción del gobernante Movimiento al Socialismo
(MAS) dio por hecho que si el presidente Luis Arce quiere reelegir, deberá
hacerlo desde otra fuerza.
“Con esta alta traición, imposible que la base vaya a
permitir que pueda ser reelecto (Arce) en las primarias. No va a pasar por
nada. Entonces él tendrá que buscar su propia estructura política, hacer su
propio partido, su agrupación”, afirmó el vicepresidente del MAS, Gerardo
García.
A las sucesivas críticas del expresidente Evo Morales,
se sumaron los cuestionamientos a sus actitudes de parte de funcionarios de
Arce, lo que alejó a ambos sectores.
La división se refleja también en la Asamblea
Legislativa, donde en algunos casos -la destitución del ministro Eduardo Del
Castillo, por ejemplo- el sector referenciado en Morales votó junto a la
oposición.