Revolucionó la ciudad, a la Provincia, al país. El mayor y mejor jugador de todos los tiempos. Aquel que con un puño cerrado gritando por Argentina hizo delirar a millones, y aún más con la apilada de ingleses en el Azteca. Del que pocos creyeron y estaba allá, solito en México. Desde su casa en Ezeiza hace cinco años, un 5 de septiembre de 2019, dejaba atrás los rumores y daba un guiño inesperado y esperado a la vez. Hace un lustro Diego Armando Maradona daba un pase al corazón de todos los hinchas de Gimnasia. Mostraba un gesto de que próximamente iba a estar sentado en el banco de suplentes del estadio Juan Carmelo Zerillo.
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Es aún impresionante pensar que Diego Maradona no está entre nosotros, que no pudo disfrutar de Lionel Messi levantando la Copa del Mundo o que su cumpleaños número 60 fue uno de los más tristes o quizás el más triste que tuvo. Que aquellos que decían cuidarlo no lo hicieron, pero sí un sinfín de miles y miles de hinchas no solo en La Plata sino en cada ciudad a la que fue. Maradona elegía, aunque no en su mejor momento, volver al país gracias a la oferta que le hizo el Lobo. A ese Lobo que, como él dijo, lo llevó en el corazón hasta su último segundo de vida.
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"¿Estoy para dirigir o no?", le consultaba Diego a Diego Eyharchet, el traumatólogo que lo operó por aquel entonces de una de sus rodillas. Asintiéndole, el 10 se paró y dejó un mensaje a los hinchas de Gimnasia. "A toda la gente del Lobo, acá, acá", señalándose el corazón y ya dando cuenta que era un vínculo oficial, nada de suposiciones.
¿Cómo fue todo?
“Me voy de vacaciones a Estados Unidos y me llama el Presidente de Gimnasia (Gabriel Pellegrino) diciéndome que el Indio OrtÍz había dejado de ser entrenador y lo primero que se me vino a la cabeza fue Diego”, contó Marcelo Di Lauro, quien trabaja con el empresario deportivo Christian Bragarnik.
“Me estas cargando”, reconoció Di Lauro que le contestó Pellegrino cuando le propuso la llegada de Maradona al Lobo y todo se terminó se cerró cuando Diego habló con el presidente por una video llamada. “Lo cruzo con el presidente a Diego y ya sabemos cómo es Diego", planteó. Y recordó la frase que le dijo: ‘El que no salta es un inglés, Gimnasia es mi casa…’”.
Todo lo demás es historia conocida, hasta ese fatídico 25 de noviembre de 2020.
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