El Gobierno anunció ayer a última hora el fin del cepo cambiario e implementó un régimen de flotación cambiaria dentro de bandas móviles, un modelo inédito en la historia reciente de la economía argentina. Los detalles de la fase 3 del programa económico de la administración de Javier Milei.
"Se rompió el último eslabón de la cadena económica, eliminamos el cepo para siempre", afirmó el presidente Javier Milei en cadena nacional, al tiempo que remarcó que esta restricción era “una aberración que nunca deberíamos haber tenido”.
Tras la oficialización del fin del cepo cambiario con la implementación de la Fase 3 del programa económico, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) eliminará el tope de compra de u$s200 mensuales a partir del lunes, así como las restricciones ligadas a subsidios, asistencias estatales o empleo público, y la Comunicación A 7340 junto con la denominada "restricción cruzada".
Además, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) suprimirá la percepción impositiva sobre la compra de divisas para ahorro, aunque se mantendrá sobre turismo y pagos con tarjeta.
De este modo, desde el 14 de abril las personas humanas no tendrán tope de compra si lo hacen por homebanking o vía electrónica, ni por ventanilla con saldo en cuenta bancaria. En tanto, si deciden comprar por ventanilla con efectivo en pesos se les permitirá la compra de hasta USD 100 mensuales, siempre que se complete una declaración jurada que confirme que no se ha superado ese límite en otras entidades.
Bandas de flotación del dólar
En paralelo a la salida del cepo cambiario, el Gobierno anunció un nuevo régimen de flotación del dólar dentro de bandas móviles. ¿Qué significa? A partir de ahora, el tipo de cambio oficial del dólar en el Mercado Libre de Cambios (MLC) podrá oscilar entre un piso de $1.000 y un techo de $1.400, con un ajuste mensual del 1% para cada extremo.
Este sistema, según explicaron, apunta a dar previsibilidad y absorber shocks externos sin necesidad de saltos bruscos devaluatorios. El funcionamiento sería así: cuando el dólar se ubique cerca del piso, el Banco Central comprará divisas, lo que le permitirá acumular reservas. Por el contrario, cuando se acerque al techo venderá dólares para contener la presión cambiaria. En ambos casos, sin esterilizar la emisión resultante.
Algunos expertos subrayaron que la experiencia internacional -incluyendo países como Israel, Chile o Colombia- muestra que este tipo de esquemas, si son bien implementados y acompañados por disciplina fiscal y monetaria, pueden anclar expectativas de inflación y ofrecer estabilidad al tipo de cambio.