Una jornada marcada por la tensión gremial. La Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) lleva adelante este martes el primer paro docente contra el gobierno de Axel Kicillof desde el inicio de su gestión en diciembre de 2019. Se trata de uno de los gremios "grandes" que siempre acompañó al Gobierno bonaerense.
La medida, impulsada de forma autónoma y ratificada pese a la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la provincia, pone en evidencia un cambio en la relación entre el Ejecutivo bonaerense y el sector educativo. Es que claro, la decisión de uno de los gremios “masivos” de docentes, de realizar un paro, obligó al gobierno de kicillof a ubicarse en un lugar incómodo.
Tal como informó El Editor Platense, el gobernador bonaerense confrontó con el sindicato “rebelde” y anunció el descuento del día no trabajado. "Se les descontará el día a quienes no trabajen”, fue la advertencia.Sin embargo, la FEB se plantó ante la medida. "¡El paro se hace!", confirmó en sus redes sociales y sostuvo que la conciliación "sólo busca cercenar el derecho a huelga".
El paro docente en la Región
La FEB, fundada en 1959, es el segundo gremio de docentes bonaerenses en cantidad de afiliados. Llega a los 60.000 y reúne al 20 % de los trabajadores del área. Sólo el Suteba de Roberto Baradel tiene más. En su publicación de ayer por la noche, y ante la advertencia de los descuentos, afirmó que los docentes "están protegidos por el derecho constitucional y la personería jurídica de la FEB".
En este sentido, a la jornada de protesta, a la que se suman los maestros enrolados en la línea Multicolor del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de la provincia de Buenos Aires (SUTEBA Multicolor), impacta de lleno en las instituciones educativas de La Plata, Berisso y Ensenada, como también del resto del territorio bonaerense.
El trasfondo del conflicto
aula vacia paro docente clases suteba la plata.jpg
La FEB convocó al paro en rechazo a la última propuesta salarial ofrecida por la administración provincial, que consistía en un aumento del 10% dividido en dos tramos: 6% en mayo y 4% en julio. De haberse aceptado, el salario de un maestro de grado inicial hubiera alcanzado los $643.057 este mes y $670.210 en julio, representando una mejora de $40.059 y $27.153 respectivamente en cada etapa.
Sin embargo, desde el gremio consideraron insuficiente la oferta. Liliana Olivera, presidenta de la FEB, afirmó que el incremento “no logra recomponer el importante rezago salarial que vienen sufriendo los sueldos de los docentes en los últimos meses” y remarcó que “no estamos dispuestos a aceptar propuestas a la baja”.
La decisión gremial también responde al “estancamiento” en las negociaciones paritarias, según denunciaron desde la FEB, y a la falta de respuesta en las mesas técnicas. En ese contexto, el Congreso del sindicato decidió avanzar con una medida de fuerza a nivel provincial.