En el barrio de Ringuelet, un padre lucha por garantizarle a su hijo con discapacidad un derecho básico: transitar con seguridad las calles de La Plata. Desde su hogar en 520 entre 115 y 116 hasta la escuela ubicada en 5 y 520, un trayecto de cinco cuadras, no hay rampas accesibles en las esquinas, salvo una construida hace décadas.
“Mi nene hace un esfuerzo enorme para subir las veredas sin rampas, y el caminador se está rompiendo. Ya no damos más”, aseguró el padre del niño en diálogo con El Editor Platense. Cansado de la indiferencia de la Municipalidad de La Plata. Ahora, planea alquilar máquinas y, junto a amigos albañiles, construir las rampas por su cuenta.
El trayecto en cuestión abarca la Avenida 520, desde el cruce con 115 hasta la esquina de 5, pasando por las intersecciones con las calles 1, 2, 3 y 4. En ninguna de estas esquinas hay rampas accesibles, y las veredas, deterioradas, complican aún más la movilidad.
“En la única esquina con rampa, mi hijo sube y baja sin problema. Debería ser así en todas”, enfatizó el padre. “En la única esquina con rampa, mi hijo sube y baja sin problema. Debería ser así en todas”, enfatizó el padre.
Gran problema en La Plata
El caso refleja un problema estructural en La Plata, donde la falta de accesibilidad en espacios públicos afecta a personas con discapacidad. Según un informe de la Defensoría del Pueblo bonaerense (2023), numerosos barrios de la ciudad carecen de rampas adecuadas, incumpliendo la Ley Nacional de Accesibilidad (N° 24.314).
Las veredas, en mal estado, y la falta de infraestructura adecuada convierten el recorrido diario en una odisea para el niño, que utiliza un caminador proporcionado tras arduos reclamos a su obra social.