Un grupo de militares de Reino Unido ejecutó maniobras en las Islas Malvinas, causando así el rechazo de nuestro país. El Gobierno lanzó un contundente comunicado, en el que mostraron su enojo por el procedimiento e indicaron que se estaba violando la resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En el documento contaron que se trató, en esa ocasión, de una nueva edición de los ejercicios militares llamados 'Cape Bayonet', estos “reúnen a las distintas fuerzas británicas que forman parte del despliegue de ocupación ilegal que el Reino Unido realiza en las Islas Malvinas”.
Posteriormente, destacaron que sus acciones “constituyen una injustificada demostración de fuerza”, además de un “deliberado apartamiento de los llamamientos de las numerosas resoluciones de las Naciones Unidas y de otros organismos internacionales”.
“La persistencia del Reino Unido en la realización de ejercicios militares en el Atlántico Sur contraviene específicamente la resolución 31/49 de la Asamblea General de Naciones Unidas que insta a ambas partes (la Argentina y el Reino Unido) a que se abstengan de adoptar decisiones unilaterales que entrañen la introducción de modificaciones en la situación mientras las Islas están atravesando por el proceso de negociación por ella recomendado”, profundizaron.
En el escrito, el canciller de la república, Santiago Cafiero, afirmó que los movimientos militares en Malvinas van opuestos a la “permanente voluntad de la República Argentina de resolver la controversia por medios pacíficos”.
Argentina continuó asegurando que su soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, además de los espacios marítimos circundantes que forman parte del territorio argentino, “estando ilegítimamente ocupados por el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, son objeto de una disputa de soberanía reconocida por las Naciones Unidas mediante la resolución 2065 (XX) y posteriores de la Asamblea General así como de otras organizaciones y foros internacionales”.
El Gobierno concluyó su extenso comunicado reiterando que se trata de una “controversia de soberanía” cuyo deber es ser resuelta de manera bilateral entre los países, así como también destacaron que están a total disposición para reanudar las negociaciones.