El Gobierno Nacional termina el año enfrentado a la Confederación General del Trabajo (CGT) comandada por Héctor Daer, Carlos Acuña y Octavio Argüello en reemplazo de Pablo Moyano. Durante el inicio de la gestión de Javier Milei, el triunvirato rechazó las políticas económicas con un paro general el 24 de enero en contra del DNU 70/23 y la Ley ómnibus presentada en el Congreso de la Nación.
Sin poder llegar a acuerdos, y con un diálogo cada vez más acotado, la central obrera volvió a tomar una medida de fuerza a nivel nacional, el 9 de mayo, y contó con la adhesión de las dos CTA; según la CGT el Gobierno estaba llevando a varios sectores a un terreno donde "difícilmente” se pudieran recuperar económica, productiva y laboralmente.
Dos meses después, el Consejo Directivo de la CGT entabló una reunión, donde se encontraron los sectores dialoguistas y opositores, con el fin de acordar qué acciones llevarían a cabo, luego de que el Presidente introdujera cambios propios de una “reforma laboral” en la Ley Bases.
Desde la central aseguraron que Milei , junto a su Gabinete, avanzó con la reglamentación del Impuesto a las Ganancias y la nueva figura de colabores independientes para que las empresas puedan tomar hasta tres trabajadores bajo el sistema de monotributo, ambas decisiones incluidas Ley Bases.
Paralelamente, Daer afirmó la disconformidad respecto a que el Gobierno Nacional no retirara la apelación que hizo al amparo presentado por la CGT para declarar “ilegal” el capítulo de reformas laborales contenidas en el DNU.
Al mes siguiente, desde el Ejecutivo Nacional intentaron volver al diálogo y realizaron una invitación para que la central obrera forme parte del Consejo de Mayo, que reunió también a muchos gobernadores. Según declaraciones a Noticias Argentinas, funcionarios de Casa Rosada aseguraron que Cordero era quien estaba detrás de esa “invitación” porque mantenía “diálogo constante con la CGT”.
A pesar de la tensión, a finales de septiembre, el Gobierno Nacional y la central obrera lograron acordar la creación de una comisión para debatir temas referidos a la reforma laboral que generaron el corte de diálogo entre ambas partes.
La relación amigable duró muy poco: al mes siguiente, Pablo Moyano indicó que el sindicalismo debía “confrontar” con el Gobierno de Milei y apoyó, de forma contundente, el paro de transporte del 30 de octubre, decretado por la Mesa Nacional del Transporte, al mismo tiempo que comenzó a rumorearse su salida de la central de trabajadores.
Como broche final, y para terminar el año, días atrás la CGT volvió a expresarse en contra del gobierno de Javier Milei y sostuvo que la resolución 57/2024 (la cual habilita la desregulación del transporte automotor de pasajeros) es "peligrosamente irregular" y "perjudica" el sistema de transporte; asimismo, indicó que esta medida busca "degradar los derechos, no solo de las trabajadoras y trabajadores, sino también de las y los usuarios del sistema".