Opinión.

La Plata, ciudad del conocimiento

Jerónimo Guerrero Iraola plantea un nuevo escenario para la ciudad de La Plata. Una manera distinta de ver a la región en El Editor Platense

3 de junio de 2025 - 10:00

La Plata es una ciudad que nació para ser un modelo de urbanismo y desarrollo. Su trazado urbano geométrico, sus diagonales y edificios públicos pretendieron ser la columna vertebral desde dónde soñar, también, un modelo de país. Sin embargo, su valor no se agota en el simbolismo o en la arquitectura. Se trata de una ciudad que produce conocimiento, impulsa el desarrollo científico, genera empleo y sostiene redes productivas y de servicios. Este diagnóstico es un dato verificable. Y más aún, es el punto de partida para pensar cómo proyectar el futuro.

La Plata, capital del conocimiento

“La Plata es una ciudad del conocimiento”, afirma Agustín Lodola, profesor titular y director del Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNLP. La expresión no es una mera metáfora. Es una definición que surge del análisis empírico de las dinámicas productivas de la región. Según Lodola, el conocimiento constituye una dimensión estructural de la economía platense.

La Universidad Nacional de La Plata (UNLP) explica por sí sola el 2,6% del Producto Bruto Regional (PBR). Aporta formación, investigación, transferencia tecnológica y, además, dinamiza el consumo local a partir de la presencia masiva de estudiantes, docentes e investigadores. La UNLP es un motor económico y social, que sostiene actividades conexas como la gastronomía, el comercio y los servicios. La ciudad no solo alberga instituciones educativas. Vive del conocimiento y lo convierte en valor económico real.

Radiografía actual: el diagnóstico de Lodola

Los datos del Laboratorio de Desarrollo Sectorial y Territorial ofrecen una imagen precisa. En 2024, el PBR del Partido de La Plata cayó un 3,1% en términos constantes, descontando la inflación. La proyección para 2025 es de estancamiento.

Decimos siempre, en estas columnas, que no se puede pensar un proyecto local escindido de las políticas nacionales. El modelo económico de la Libertad Avanza se traduce en recesión, en una caída brutal del consumo, ello impacta principalmente en nuestra ciudad, en la que uno de los tractores del flujo económico es el comercio.

Las principales actividades que explican el PBR son: comercio (25%), manufacturas no alimenticias (13%), administración pública (13%), actividades vinculadas al conocimiento (educación, cultura, software, servicios empresariales) y salud.

Es importante aclarar que el sector “administración pública” no incluye ni educación ni salud, por lo que el peso real de los sectores vinculados al saber es aún mayor. El 30% de los ocupados en La Plata dependen de ingresos públicos, lo que revela una ciudad fuertemente vinculada al Estado, aunque con capacidad para diversificarse.

El empleo, según Lodola, se mantiene estable, pero sin perspectivas de crecimiento. Persiste un alto grado de empleo precario, con bajos salarios y escasas oportunidades de inserción laboral de calidad. La transformación tecnológica, en lugar de abrir nuevas puertas, ha acentuado desigualdades. Esto muestra una estructura económica que se sostiene, pero que no logra generar oportunidades consistentes para su población.

Cadenas de valor: el potencial no aprovechado y la metáfora de la Fórmula 1

Lodola introduce un concepto clave: el de cadenas de valor, entendidas como un conjunto de actividades económicas que se relacionan en torno a un producto o sector madre. Este enfoque supera la clásica división por sectores y permite visualizar cómo se articulan agro, industria, comercio y servicios. En La Plata, este análisis revela que el entramado manufacturero y el ecosistema del conocimiento existen, pero no dialogan ni se potencian mutuamente.

Esta desconexión es uno de los principales desafíos. La falta de articulación entre sectores implica que los recursos disponibles no se transforman en desarrollo integral. Falta una estrategia clara de vinculación entre la Universidad y el sector productivo, que permita aprovechar capacidades, generar innovación y atraer inversiones. Lodola señala que “hace falta una mayor interacción entre los sectores para potenciar el desarrollo del partido”.

No logramos apreciar, en tanto ciudadanos, todo lo que la universidad tiene para aportar a la producción. Lo voy a graficar con una metáfora. Supongamos que tenemos un auto de fórmula 1 que, de los 20 competidores de la grilla, está para salir entre el puesto decimoprimero y decimoquinto. El equipo incorpora un ingeniero experto en aerodinámica, y decide hacerle mejoras al piso y a un alerón. Con esas mejoras, el monoplaza pasa a hacer tiempos en pista que le permiten estar entre el 4to y el 7mo. Dos sugerencias, altísimo impacto.

De eso se trata integrar el conocimiento a la producción. Desde un tomate, pasando por un fármaco, nuestra ciudad puede (¡debe!) apuntar los cañones a que las y los Messi de la ciencia se integren con nuestras cadenas de producción, distribución y consumo. Esto servirá para potenciar las distintas actividades, que nuestros zapallitos o vacunas incorporen tecnología, valor, y suban “al podio” de la economía regional. Además, no se trata solo de vender el producto, sino también de comercializar la técnica, el saber hacer.

Un ejemplo que marca el camino: Alto, la startup platense adquirida por Silicon Valley

La reciente compra de la startup platense Alto, por una empresa de Silicon Valley, demuestra que el potencial está presente. La compañía factura 4 millones de dólares anuales, desarrolla soluciones tecnológicas y compite a escala global. Este ejemplo ilustra que La Plata puede producir innovación de alto valor agregado, capaz de insertarse en el mercado internacional.

Pero para que estos casos se multipliquen, es necesario repensar el perfil productivo de la ciudad. La Plata debe dejar de ser solo un espacio donde se produce conocimiento para otros. Debe convertirse en un lugar donde el conocimiento se transforma en producción, exportación, empleo de calidad y desarrollo económico local.

Soberanía desde lo local: políticas públicas y visión estratégica

La discusión sobre la soberanía no es exclusiva del ámbito nacional. También se juega en el territorio local, en las políticas que se deciden en el municipio y en la provincia. La Plata necesita políticas públicas que fortalezcan el ecosistema del conocimiento, promuevan la creación de empleo de calidad, impulsen la infraestructura productiva y fomenten la innovación.

Soberanía es poder decidir cómo se usa el territorio, cómo se valoran los recursos locales y cómo se construye el futuro económico y social de una ciudad. La Plata tiene todo para hacerlo. Necesita un proyecto integral, que no dependa de ajustes coyunturales ni de políticas nacionales erráticas.

Conclusión: datos para construir el futuro

Los datos de Lodola ofrecen una fotografía precisa. La Plata es una ciudad con un enorme potencial, pero con desafíos estructurales que exigen decisiones políticas claras. La diversificación productiva, la integración del conocimiento con la producción y la generación de empleo de calidad son clave para transformar ese potencial en realidad.

La ciudad no puede conformarse con ser un espacio donde se produce conocimiento y se gestan startups que luego son compradas desde afuera. Debe aspirar a consolidar una estructura económica propia, soberana, anclada en políticas públicas locales que prioricen el desarrollo humano y productivo.

En tiempos de crisis nacional, La Plata puede mostrar un camino distinto, en el que los datos no son solo estadísticas, sino insumos para pensar políticas transformadoras. La verdadera soberanía comienza allí donde se decide qué ciudad queremos ser.

Por Jerónimo Guerrero Iraola | Abogado

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