El joven vino a estudiar a nuestra ciudad y se enamoró de Estudiantes, aunque su corazón también es de Botafogo. Hoy se define la historia en Libertadores
Nuestra querida ciudad de La Plata despierta grandes pasiones. El fervor que se siente por Estudiantes y Gimnasia es algo muy especial y que cuesta ponerlo en palabras. Igualmente puede pasar que eso se mezcle, ya que es una región muy rica en diferentes aspectos.
Nuestra ciudad, entre otros aspectos, se ha convertido en un hogar para miles de estudiantes brasileños que buscan en la UNLP una oportunidad para formarse y crecer. Eso sucedió con Wendel Gaspar, un joven que decidió hace algunos años radicarse en las diagonales para comenzar sus estudios en la Facultad de Medicina. El hombre es un ferviente seguidor de Botafogo, que esta noche dirimirá su futuro en el Grupo A que comparte con el Pincha.
Para el estudiante, La Plata representa un sueño cumplido. “Me encanta hacer todo caminando. En Río de Janeiro no tenía esa costumbre, allá usaba bicicleta o transporte público, pero acá todo está cerca, es una belleza”, admitió en diálogo con El Editor Platense.
En torno a la carrera, Wendel se mostró tranquilo. "Estoy en segundo año, no tengo apuro. Disfruto la vida acá”, aseguró. A pesar de los desafíos, destaca el compañerismo en la facultad: “Todos son buena onda, siempre se ayudan. No siento rechazo por ser extranjero, al menos no en la facultad”.
El fútbol es parte clave en la vida del joven. Hincha de Botafogo desde los seis años, recuerda con emoción la final del campeonato carioca de 2010, cuando su equipo venció a Flamengo. “Fue tremendo, de chiquito eso te marca”, dice. Su sueño es trabajar como médico en el fútbol, inspirado por figuras como el doctor de la selección brasileña, José Carlos Magalhães. “Quiero ser ortopedista y trabajar con un equipo, ya sea acá, en Brasil o donde sea”, afirmó.
Agudizando un poco más el foco en el fútbol brasileño, considera que el formato de los campeonatos estaduales en Brasil está “un poco ultrapasado” por el calendario apretado, que obliga a los equipos grandes a dividir esfuerzos entre la Libertadores, el Brasileirão y la Copa do Brasil. Sobre Botafogo, se muestra optimista: “Si pasamos los octavos de la Libertadores, podemos llegar lejos. El dueño está invirtiendo fuerte”.
Para cerrar la charla, el joven habló sobre las dificultades para adaptarse a la cultura local. “El mate me costó un montón al principio, pero ahora lo amo. Hasta lo llevo a Brasil para mi mamá”, deslizó. También se rindió al fernet, aunque este año decidió dejarlo por su pasión por Botafogo, su equipo del corazón. “Sin caipirinha, el fernet se convirtió en mi bebida”, bromeó. Estas costumbres lo han ayudado a sentirse parte de Argentina, aunque siempre lleva un pedazo de Brasil consigo.
Ahora, junto al grupo del Fogao Argentina, espera que su equipo consiga el triunfo frente a la Universidad de Chile para meterse en la próxima instancia de la Libertadores, como también que el Pincha haga lo propio con Carabobo en UNO.