Vecinos de La Plata, Berisso y Magdalena impulsan un ambicioso proyecto ambiental en la Legislatura bonaerense para que la Provincia declare como área protegida a toda la cuenca del arroyo El Pescado, desde su nacimiento hasta su desembocadura. Los detalles de la iniciativa que ingresó al Parlamento en los últimos días.
La iniciativa, que surge desde el colectivo Habitantes del Arroyo El Pescado, busca poner en marcha un Foro Ambiental dentro del ámbito legislativo, con la participación de diputados, autoridades municipales y provinciales, universidades, organizaciones sociales y entidades científicas como la UNLP y el CONICET.
“El objetivo es construir un espacio de gobernanza ambiental que una el conocimiento académico con el saber de las comunidades, y avanzar de una vez con una figura de protección real, no solo simbólica”, explicaron los impulsores del proyecto que incluye también al arroyo Cajaravilla, su principal afluente.
Entre los considerandos, los impulsores destacan que la propuesta se da en un contexto de creciente vulnerabilidad ambiental en el sur de la Región Capital a raíz del avance del cambio climático, el aumento del nivel del Río de la Plata y las lluvias extremas que vienen afectando con fuerza a localidades costeras, así como a las zonas hortícolas del periurbano platense.
El proyecto sobre el Arroyo El Pescado
La creación de la “Reserva Cuenca Arroyo El Pescado – Parque Provincial Región Capital Sur”, insistieron, sería una respuesta concreta ante la ausencia total de áreas protegidas en esa parte del mapa bonaerense.
Es que mientras los distritos del eje norte como Ensenada, Berazategui y Florencio Varela cuentan con más de 16.500 hectáreas bajo protección, en el sur esa cifra es cero. “El desequilibrio es total, y eso va en contra de la legislación vigente y de los compromisos asumidos en la Agenda 2030 de la ONU”, advirtieron.
La idea central es frenar el avance urbano descontrolado, recuperar ecosistemas degradados y garantizar el acceso equitativo a los bienes naturales. Desde el colectivo vecinal apuntan también a la proliferación desordenada de normativas municipales, que no lograron frenar la degradación ni establecer un sistema de protección efectivo.
La propuesta apunta a combinar conservación con acceso público, turismo sostenible, educación ambiental y participación ciudadana. “No se trata solo de cuidar un arroyo, sino de defender el derecho a vivir en un ambiente sano”, concluyeron.