¿Qué pasa en La Plata?

Preocupación en la Provincia por el nivel de arsénico en el agua

Expertos volvieron a advertir por el nivel de arsénico en el agua en múltiples localidades de la provincia de Buenos Aires, incluida la ciudad de La Plata

7 de noviembre de 2025 - 09:10

En distintos municipios de la Provincia de Buenos Aires se intensifica la preocupación por los elevados niveles de arsénico detectados en el agua. Pese a los alertas sanitarios, el problema continúa afectando a miles de habitantes y representa una amenaza para la salud pública. La Plata, en estado amarillo.

De acuerdo con el Mapa de Arsénico en Argentina que elabora desde 2011 el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), decenas de distritos registran valores muy por encima de los parámetros recomendados por los organismos internacionales.

Según explicaron, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece un límite máximo de 10 microgramos por litro, mientras que el Código Alimentario Argentino aún permite hasta 50 microgramos.

En la provincia de Buenos Aires se registran decenas de localidades con porcentajes muy por encima de lo recomendado por los expertos. Los registros más elevados se observan en: 9 de Julio (entre 72 y 165 partes por billón), Guaminí (295), Chivilcoy (hasta 94), Mercedes (105), Escobar (71), General Rodríguez (67), Cañuelas (66), Monte (146), Roque Pérez (87), Azul (59), Partido de la Costa (147) y Villarino (55).

¿Qué pasa en La Plata?

La ciudad de La Plata se encuentra en la franja amarilla, debido a que los registros marcaron que el nivel de arsénico oscila entre 10 y 50 microgramos por litro, y se mantiene en estado de “precaución". Los valores más altos, que promedian 26 ppb, se hallaron en la zona norte de la ciudad. “Se deben completar estudios para decidir si consumiendo agua con estos valores se aumenta la posibilidad de desarrollar cuadros de enfermedades como el HACRE”, señalaron.

La OMS advierte que la exposición prolongada al arsénico puede causar diversas enfermedades crónicas, entre ellas cáncer de piel, pulmón y vejiga, además de lesiones cutáneas, trastornos cardiovasculares y diabetes.

La presencia de arsénico en el agua, explican los especialistas, tiene origen natural ya que se desprende de formaciones geológicas que liberan el elemento hacia las napas subterráneas. Sin embargo, su persistencia y falta de mitigación efectiva plantean un desafío sanitario y ambiental de enorme magnitud.

“Se necesitan políticas sostenidas de control y una inversión en infraestructura que permita garantizar el acceso equitativo a agua segura en todo el territorio bonaerense”, subrayan desde el ITBA. Mientras tanto, la amenaza del arsénico sigue latente en buena parte del mapa provincial.

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