Ante más de 35.000 fieles congregados en la plaza, afirmó: “No puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”. Este fue el último mensaje que brindó Francisco, fiel a su estilo disruptivo y en pos del bienestar de los más marginados de la sociedad.
Para muchos argentinos -sobre todo cuando fue electo en 2013- fue motivo de orgullo: fue el primer Papa argentino que marcó un hecho histórico, ya que fue también el primer Papa latinoamericano y el primer jesuita en llegar a ocupar ese lugar. En ese momento, donde el humo blanco anunció ‘habemus papam', la gente, más allá de los practicantes, lo vio como una señal de que el "fin del mundo" (como él mismo bromeó sobre Argentina), podía estar en el centro del mundo.
Jorge Mario Bergoglio, como era conocido antes de llegar al trono de San Pedro, para quienes practican la religión representa una conexión muy fuerte entre la Iglesia universal y Argentina. Muchos lo ven como un líder espiritual cercano, austero y comprometido con los más necesitados, en línea con el mensaje de Jesús. Su estilo humilde y su enfoque en la justicia social han sido muy valorados y lo acompañará en su eterno legado.
Es en ese sentido que el país se encuentra transitando siete días de duelo por la muerte del hombre que pudo unir a toda la política argentina en conmovedores saludos, pese a las diferencias ideológicas y religiosas.
El arco político saludó al Papa Francisco
El presidente, Javier Milei se expresó con un comunicado, donde mencionó: “Con profundo dolor me entero (...) que el Papa Francisco, Jorge Bergoglio, falleció y ya se encuentra descansando en paz. A pesar de diferencias que hoy resultan menores, haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí. Como presidente, como argentino y, fundamentalmente, como un hombre de Fe, despido al Santo Padre y acompaño a todos los que hoy nos encontramos con esta triste noticia”.
Este mensaje, fue acompañado del oficial, en el cual, desde el Gobierno expresaron: “La República Argentina, un país de larga tradición católica y tierra del Papa Francisco, lamenta profundamente la partida de Su Santidad y le envía sus condolencias a la familia Bergoglio. El Presidente de la Nación acompaña en este triste momento a todos aquellos que profesan la fe católica que encontraron en el Sumo Pontífice un líder espiritual”.
Asimismo, volvieron a resaltar que el Mandatario argentino “destaca la incansable lucha del Papado de Francisco para proteger la vida desde la concepción, promover el diálogo interreligioso y acercar la vida espiritual y virtuosa a los más jóvenes. Además, pone en valor su voluntad de llevar austeridad a la Santa Sede con sus gestos pastorales”.
Como se mencionó con anterioridad, el Papa logró algo que hace tiempo no se veía en el país, que diferentes figuras políticas se posicionaran y lo despidieran con dolor. Fue así que Alberto Fernández, predecesor de Milei, compartió un sentido mensaje: “La Iglesia debía estar al lado de los desposeídos, de los marginados y los perseguidos. (...) abrazar a quienes estaban condenados a ser minorías o perseguidos en sus tierras. La Iglesia debía alzar su voz contra los que acumulan riqueza y reparten pobreza. Sin embargo, la Iglesia sólo fue capaz de hacerlo cuando Francisco, el Jesuita, fue Papa. Los argentinos le debemos lo mucho que en silencio hizo por nosotros. Se fue Francisco, el mayor líder moral de la humanidad. Lo lloro en silencio. Los olvidados de esta tierra también deben estar haciéndolo”.
Por otra parte, Mauricio Macri compartió una tierna anécdota de cuando lo visitó, junto con su esposa y su hija y, sobre él, remarcó: “Francisco como un religioso de una talla sin igual, un político severo y, especialmente, un pastor bueno. Su vida estuvo marcada por las enseñanzas que dio con la palabra, con su compromiso y sus gestos. Él mismo, con su trayectoria, es una enseñanza para todos. Fue un honor sin comparación haberlo conocido. Para mí, su nombre merecerá para siempre admiración y respeto”.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, consideró que el lunes fue un día “tristísimo” como consecuencia de la muerte del papa Francisco, a quien elogió por convertirse en “referencia de los que luchan por la justicia social en todo el planeta”. Y en esa misma línea, señaló: “Mientras muchos exaltan el egoísmo, el Papa predicó siempre por una economía al servicio de los que más necesitan. La partida de Francisco deja un vacío enorme, pero su mensaje a favor de la paz queda en los corazones de millones de cristianos y no cristianos”.
Por su parte, el exministro de Economía, Sergio Massa, manifestó su “dolor inmenso”, a quien calificó como “mucho más que un Papa”. “Fue la voz de los que no tienen voz, el líder que en un mundo cada vez más desigual mantuvo en la agenda el drama de la desigualdad, la pobreza y el cuidado de la casa común. La partida del argentino más importante de la historia deja un vacío enorme”.
La líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, también dejó su mensaje: “Marchaste luego de dar la bendición de Pascua de Resurrección. Dios te tenga en la gloria. Hasta siempre querido amigo”.
Mientras que Cristina Fernández de Kirchner, quien tiene el récord de presidentes argentinos en visitar al Papa, recordó: “La primera vez que estuve con Francisco en marzo del 2013 le dije que, como a Megafón, lo esperaban batallas celestiales. Se rió mucho y me dijo ‘Es mi libro preferido, me encanta Marechal’. Coincidimos en que ‘Megafón, o la guerra’, emblemática literatura de Leopoldo Marechal, era una de nuestras novelas preferidas. Esa era la primera vez que me reunía con él como Papa”.
Y cerró: “Fue el rostro de una Iglesia más humana, con los pies en la tierra sin dejar de mirar el cielo. Te vamos a extrañar Francisco, la tristeza que tenemos es infinita”.
La muerte de Jorge Bergoglio marca el fin de una era que trascendió las fronteras de lo religioso. Su partida no solo deja un vacío en la Iglesia Católica, sino también en el corazón de millones que vieron en él una figura de esperanza, humildad y justicia social. El Papa Francisco logró lo impensado: unir voces diversas, muchas veces enfrentadas, bajo un mismo sentimiento de respeto y reconocimiento. Desde el Vaticano hasta cada rincón de la Argentina, su legado espiritual, humano y político será recordado por generaciones. Francisco no solo fue el primer Papa argentino, fue, para muchos, el alma de una Iglesia más cercana, más comprometida y profundamente humana. Su último mensaje, en defensa de la libertad y el respeto, sintetiza una vida dedicada a tender puentes. Hoy, el mundo lo despide, pero su palabra seguirá resonando.