El acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos, redactado en Washington y celebrado en Buenos Aires, sigue recibiendo fuertes críticas desde la provincia de Buenos Aires. El ministro de Gobierno Carlos Bianco, junto con el Subsecretario de Relaciones Internacionales Juan Manuel Padín, aseguraron que el convenio es "peor que el ALCA".
"Catalogado por el presidente Javier Milei como un paso para “hacer grande a la Argentina nuevamente”, el acuerdo alcanzado con Estados Unidos no resiste semejante calificación sin caer en el ridículo", expresaron los funcionarios de Axel Kicillof en un comunicado que difundieron en la prensa nacional.
En ese sentido, sostienen que "el 'acuerdo' presenta numerosas peculiaridades que sonrojarían a quien pronuncie la palabra 'negociación'. Y enumeran:
- Se trata de un texto publicado de modo unilateral por Estados Unidos, en inglés y sin versión oficial en nuestro idioma —todo un mensaje de quién manda, aunque lo titulen “Declaración Conjunta”.
- Fue discutido en secreto por un puñado de funcionarios sin consultar a otros actores institucionales nacionales ni ofrecer estudios que permitan advertir en detalle su impacto.
- Sigue un marco general que no recepta las especificidades de la Argentina, situación evidente dada la similitud con los acuerdos anunciados el mismo día con El Salvador, Guatemala y Ecuador, economías sin base industrial.
- Brinda a la potencia americana la potestad de imponer restricciones si se “afecta la seguridad nacional”, un remanido argumento con el cual el trumpismo fundamenta parte central de sus prácticas proteccionistas.
Más dudas del acuerdo con Estados Unidos
"Al analizar los detalles de lo anunciado -remarcaron-, el entreguismo de la administración libertaria deviene inocultable". Y explicaron: "Mientras Estados Unidos exige la liberalización de sectores que representan cerca del 70 por ciento de lo que coloca en nuestro mercado (medicamentos, químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, vehículos y productos agrícolas), ofrece como contraparte un impreciso acceso para “ciertos recursos naturales indisponibles” y “ciertos insumos farmacéuticos no patentados”.
Acto seguido, Bianco y Padín se preguntan "¿A qué bienes se refieren? ¿En qué volumen? ¿Bajo qué criterios? No hay respuesta. Tampoco se mencionan el acero y el aluminio, productos centrales en las exportaciones argentinas sobre los que Trump impuso fuertes aranceles. Por otra parte, los bienes que no figuren en el texto final (pendiente de publicación), ¿qué arancel van a afrontar? ¿Los vigentes antes del 2 de abril, que promediaban el 2,7% o el 10% que impuso el magnate estadounidense desde ese día?"
"Peor que el ALCA", la dura comparación de la Provincia
Sobre el final del comunicado, los funcionarios del gobierno bonaerense analizaron que "adicionalmente, se abre el mercado a distintos bienes primarios (aves de corral, ganado vivo, algunos quesos y carnes); se limita el rol de las empresas estatales y se reducen los márgenes de maniobra en la utilización de subsidios industriales, entre otras cuestiones. Todo el peso en un solo lado".
Y remataron: "Es preciso reconocer que los negociadores argentinos lograron un hito sin precedentes: firmaron un entendimiento peor que el ALCA. Dicho esquema de integración subordinada tenía como incentivo un mayor acceso al mercado estadounidense y a otros mercados de la región, en tanto y en cuanto cada país redujera las barreras comerciales y aceptara múltiples imposiciones. En este caso, Argentina le otorgó a Estados Unidos lo que históricamente demandaba, desprotegiendo a nuestra industria y al sector primario. Pero en contrapartida obtuvo un acceso particularmente limitado, que ni siquiera es compensado con inversiones".