Hablar de Hernán Darío Ortíz (57) es hablar de Gimnasia y Esgrima La Plata. Ese aguerrido defensor, que también fue director técnico del Lobo, fue muy importante en la obtención de la Copa Centenario, un 30 de enero de 1994. Hoy, se cumplen 31 años de lo que fue esa gran victoria contra River Plate en el Bosque para darle la segunda estrella de la historia al conjunto platense.
En una visita a la redacción de El Editor Platense, el Indio, a poco de definir su futuro para volver a dirigir en el interior del país, recordó lo que fue esa gesta. "Fue algo muy importante, por ahí no valorada como corresponde sobretodo por parte de la institución, pero son cosas que suceden, estuvo un poco opacado tremendo logro porque en 1995 no pudimos conseguir un torneo, es una generación que siempre luchó por conseguir títulos, fue la primera que jugó una competencia internacional, ganó campeonato, era un grupo con mucho sentido de pertenencia", comenzó el hoy DT.
"De ese grupo hoy somos todos entrenadores, era gente que sabía lo que quería, tuvimos un cambio de entrenador antes de la final, nosotros éramos un grupo muy sólido. Siempre digo que la solidez grupal te hace conseguir cosas importantes. De esa generación lo que siempre pensamos es que el escudo de Gimnasia estaba por encima de todo. Nos daba orgullo ponernos la camiseta de Gimnasia. Hay un respeto muy grande por la institución", continuó Ortíz.
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El Indio, emblema de Gimnasia
Julián Martínez
Tras ello, el capitán de dicho equipo puso el foco sobre la falta de reconocimiento por parte del club. "Si hubiéramos tenido el logro en el '95 que no pudimos ser campeones, si hubiéramos tenido esos dos logros hoy tendríamos una estatua en el club. Es un torneo que se jugó con todos equipos de Primera, como la que ganó Tigre. La estrella debe respetarse, ninguneado por algunas partes o el periodismo, pero ninguneado por los mismos causa un poco de dolor, pero sin rencor, soy honesto y transparente".
"Si hubiéramos tenido esos dos logros hoy tendríamos una estatua en el club", sostuvo Ortíz. "Si hubiéramos tenido esos dos logros hoy tendríamos una estatua en el club", sostuvo Ortíz.
La fortaleza del Gimnasia campeón
Repasando lo que fueron las bases de ese Lobo ganador, el Indio fue muy claro. "En la década del '90 defendimos el proceso con una base muy importante. En el '94 se empezó a gestar un gran equipo gracias a Gregorio (Pérez) que armó un grupo muy bueno, una defensa que salía de memoria, Sanguinetti, Morant, Ortíz y Dopazo, lo repetía siempre".
"Hasta el '96 esa base siguió siempre y después Carlos (Griguol) implementó una línea de tres y trajo dos refuerzos de mucha jerarquía como Márcico y Albornoz, eso nos dio un salto de calidad sumado a los chicos como Yllana, Larrosa, entre otros, que venían con mucha proyección", agregó, y luego puntualizó: "Nosotros le enseñamos a esa generación que venía a pelear por cosas importantes, por entrar a una copa internacional y luchar por un título, ese legado no lo va a poder sacar nadie".
Era un plantel con muchos caciques y líderes futbolísticos o del vestuario, refiriéndose a eso, el capitán soltó: "Dopazo tenía mucho carácter, Morant un tipo muy inteligente, estaba el Chaucha Bianco, los Mellizos, también estaba yo, pero lo sabíamos manejar, no había ego. Para nosotros, repito, el escudo de Gimnasia estaba por encima de todo y no necesitábamos ni decirlo, estaba implícito, sabíamos que esto era lo importante. No había ego, ni tanto periodismo, no había redes sociales, no queríamos irnos afuera, sino triunfar en el club, eso cambio mucho".
"No había ego, ni tanto periodismo, no había redes sociales, no queríamos irnos afuera, sino triunfar en el club, eso cambio mucho", expuso el Indio. "No había ego, ni tanto periodismo, no había redes sociales, no queríamos irnos afuera, sino triunfar en el club, eso cambio mucho", expuso el Indio.
" Jugué 100 partidos con la camiseta de Gimnasia sin faltar a un partido, 100 seguidos, creo que un día salí en el diario chiquito y eso es un logro, no me había lesionado, no me suspendían, el que venía atrás mío se quería morir (Risas). Yo siempre fui muy serio", completó.
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Un hombre que siente muy fuerte a Gimnasia
Julián Martínez
Gimnasia, primero
Hernán Ortíz siempre antepuso las necesidades de Gimnasia a sus deseos personales, al punto tal de perder tiempo con su familia o desatender a sus seres queridos por el escudo, que siempre estuvo por encima de todo. "Me tocó lo del 2011 que me hice cargo de algo, ahí no pensé en mi familia, pensé en ayudar a Gimnasia cuando nadie quería y yo en ese momento era un técnico con mucha proyección, pero al empezar y tener un golpe muy grande, no es fácil levantarse, pero seguí luchando y dirigí en todas las categorías del fútbol argentino. No me arrepiento de nada, cuando vos querés a alguien no andas viendo el momento", deslizó.
"No soy un tipo de andar hablando del club cuando estoy fuera del club. Cuando estoy adentro planteo cosas, o cambios que tienen que suceder, pero lo digo dentro de mi institución. Por fuera no hablo porque quiero cuidarlo. Las cosas que digo las transmito a quien se lo tengo que decir. Tuve muchas discusiones con gente del club, algunos que no pertenecían, pero no soy el dueño de la verdad, siempre he defendido el interés de Gimnasia y de eso estoy orgulloso, nada va a cambiar mis valores y menos la plata, no la hice y eso que cuando me vendieron a Corrientes había una deuda de dos años conmigo", añadió.
Siempre el nombre del Indio aparece en carpeta en el mundo albiazul, pero a él no le gusta tomar posición. "Nunca me llamaron y eso que yo vivo acá, estoy trabajando con mi hija y buscando posibilidades, estuve muy bien en Bolívar, en Chaco también pero no había dinero y ahora buscando otro horizonte, me gustaría volver a trabajar en formación, pero en Argentina es difícil llegar a fin de mes. Adopté el fútbol profesional por necesidad más que por un deseo. El fútbol profesional no es para cualquiera, es ingrato, bien pago pero ingrato".
Para cerrar su testimonio, Ortíz puso el foco en la importancia del acompañamiento mental en los chicos de inferiores. "Siempre hablo del tema psicológico, vos traes chicos del interior que muchas veces son juzgados, todos nos damos cuenta que Chávez es un jugador tremendo, lo ve cualquiera, pero hay que acompañarlo en la formación. Vos traes chicos de un pueblo, que por ahí lo hacían sacar una vaga del lago porque tenían que comer y caminaban 10 kilómetros, lo sacas de ahí y lo pones en una ciudad donde el entrenamiento es importante. Hay un gran problema alimenticio en los juveniles, muchos chicos categoría 2001 vienen de la pobreza, no tienen dientes, entonces van a sufrir lesiones", sentenció.
Finalmente, el Indio se deshizo en elogios con Leonardo Morales. "Es un señor, con unos valores tremendos, muy agradecido porque es un chico que se ha podido ir a dos o tres clubes y se ha quedado en Gimnasia. Siempre piensa en Gimnasia, hoy es de los mejores pagos y se lo ha ganado, pero la gente quizás se lo toma con él, o Lucas (Castro) o De Blasis que son gente que también quiere a la institución".