A dos meses de haberse operado de una dura lesión de ligamentos, Victoria Sisterna (31) atraviesa una recuperación que le demandara un tiempo importante para volver a las canchas. De último paso por Arsenal de Sarandí, la jugadora reflexionó sobre el crecimiento del fútbol femenino tanto en la región de La Plata, como también en el ámbito de AFA.
“Me pone muy contenta haber sido parte del inicio de la Liga. Éramos siete equipos, se jugaba en cancha de siete y se disfrutaba mucho. Había una competencia que antes no existía”, recordó Vicky. Aquellos primeros pasos, llenos de pasión, marcaron el comienzo de una carrera que la llevó a destacarse tanto en la Liga como en el fútbol de AFA. “Ir a jugar los domingos era lo mejor que te podía pasar. El ambiente era muy lindo, te encontrabas con compañeras y rivales, y se generaba una competencia sana”, agrega.
El salto de la Liga a Gimnasia no fue sencillo, pero Sisterna lo enfrentó con determinación. “No fue chocante, pero sí un cambio grande. En la Liga tenías más libertad, si faltabas no pasaba nada. En Gimnasia, el entrenamiento era todos los días, había una responsabilidad y un profesionalismo que me costó al principio, pero me adapté rápido”, contó. Ese paso, lejos de generarle dudas, fue un desafío que abrazó: “Nunca dudé. Pedí una prueba en Gimnasia, me ficharon en enero y me encantó dar ese salto”.
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Con una carrera repleta de logros, como el premio Alumni como jugadora destacada a nivel nacional y el reconocimiento reciente en Berisso, Sisterna no oculta su orgullo. Sin embargo, uno de sus momentos más especiales está ligado a Diego Armando Maradona, a quien conoció en el Lobo. “ Estar al lado de Diego fue como ganar la Copa del Mundo. Le dije que él era como el beso de mi vieja, y hasta lo hice reír. Tengo su firma tatuada y esa foto guardada como un tesoro”, relató.
Vuelta a La Plata
Mirando hacia el futuro, Sisterna sueña con retirarse en la Liga, idealmente en San Lorenzo, donde comenzó y hoy no tiene femenino, o en Estrella de Berisso, para homenajear a su padre. Pero también es crítica con la realidad del fútbol femenino. “La profesionalización avanza, pero va lento. Los problemas son económicos y de desinterés. Clubes como Newell’s, que salen campeones y no pagan sueldos, muestran que muchas jugadoras juegan por la gloria, no por la plata”, apuntó. Aunque destaca los avances, como las categorías juveniles y la Liga +35, insiste en que falta compromiso: “Se necesita más esfuerzo, sponsors, gente que trabaje para que el fútbol femenino crezca”.
Otro punto clave de la charla es la preparación física y la alimentación, un aspecto clave. “A las más chicas siempre les hablo de descansar bien, comer sano. No es ser policía, es darles un consejo desde la experiencia”, explicó. A punto de recibirse como profesora de educación física, se ve ligada al fútbol desde ese rol, aportando al desarrollo del deporte.
Desde sus días escapándose para jugar con un pantalón prestado hasta convertirse en una referente, Victoria encarna la lucha y la pasión del femenino. “Cuando era chica, no imaginé llegar tan lejos, pero sabía que el fútbol era lo mío. Hoy, ver a nenas jugando en la rambla me llena de alegría. Eso es lo que necesitamos: que desde chicas tengan una pelota en los pies”, concluyó.