Si bien la historia moderna marcó a su hijo como la figura más preponderante en la historia de Estudiantes de La Plata, muchos indican que Juan Ramón Verón fue el mejor jugador de la historia del León. Con un gol suyo, el Pincha se consagró campeón del mundo, llegando a lo máximo en 1968.
El primer título de La Bruja, que daría lugar a una época dorada en la institución, fue el campeonato local de 1967. De la mano de Osvaldo Zubeldía, Estudiantes cortó con la hegemonía de los equipos grandes, obtuvo el Torneo Metropolitano y se consagró como el primer equipo chico en obtener un título.
De ahí en adelante, más gloria: el tricampeonato de América, con las Copas Libertadores obtenidas en 1968, 1960 y 1970. La última de ellas, un 27 de mayo como hoy, pero hace 55 años. En el medio, la Copa Interamericana de 1969 obtenida en el Estadio Centenario de Uruguay.
Juan Ramón Verón llevó a Estudiantes a la cima del mundo
Pero sin dudas, lo máximo llegó en 1968. Old Trafford, Manchester. Inglaterra, campo del Manchester United. En el partido de ida de la Copa Intercontinental, disputado en La Bombonera, el León había ganado 1-0 ante los Diablos Rojos.
En el partido de vuelta, Estudiantes empató 1-1 y se consagró. Juan Ramón Verón anotó el tanto albirrojo, de cabeza, en el comienzo del partido, y aunque los ingleses empataron, no les alcanzó en el global.
Gracias a un gol suyo, Estudiantes tocó la gloria máxima consagrándose campeón del mundo en Inglaterra, en lo que aún hoy es la gesta albirroja más grande de la historia, y una de las más impactantes del fútbol argentino. Leyenda absoluta.
Además, obtuvo una Liga de Colombia con el Junior de Barranquilla, siendo jugador y técnico encargado en el año 1977, por lo que también se lo conoce como un ídolo en el Tiburón cafetero.