El obispo auxiliar de La Plata Alberto Bochatey fue quien hizo conocer Argentina a Robert Prevost, antes de ser León XIV. Intimidades del nuevo Papa
Las historias alrededor de Robert Prevost, desde hoy y para siempre León XIV, siguen apareciendo desde que el mundo conoció al nuevo Papa. En La Plata quedará el orgullo por ser un obispo platense quien trajo al estadounidense a conocer el país.
Alberto Bochatey, obispo auxiliar de La Plata, reveló en una entrevista con Cadena 3, que fue compañero de curso de Prevost. “Yo fui el culpable de que venga a la Argentina ”, admitió. Bochatey también pertenece a la Orden Agustina, por lo que el camino religioso los cruzó varias veces.
“Cuando a mí me hacen obispo -contó el platense- él era el superior de los agustinos en Roma, y vino a Argentina para mi ordenación episcopal”. Con la autoridad de haberlo conocido, Bochatey contó que “siendo un hombre muy serio, muy espiritual, muy de Dios, es un hombre muy afable, muy simpático, muy cercano, sabe escuchar. Yo creo que el Espíritu Santo nos ha regalado otra joyita de Papa, si Dios quiere”, definió.
León XIV no es solo un líder espiritual; es un hombre de carne y hueso, descrito por Bochatey como “honesto, sin dobleces, y un gran amigo”. Amante de manejar autos, jugar ping-pong y compartir una pizza, Prevost combina una seriedad académica –es doctor en Derecho Canónico– con una calidez que lo hace accesible. “Es muy afable, sabe escuchar, pero siempre vuelve a lo profundo, no es superficial”, señaló el obispo de La Plata.
Prevost fue superior general de los Agustinos en Roma durante 12 años, donde trabajó de cerca con Jorge Bergoglio, quien lo apreció por su capacidad y compromiso. “Francisco lo quería mucho, lo descubrió y le dio responsabilidades clave”, afirmó Bochatey. Tras su labor en el Vaticano, Prevost regresó a Perú, donde había servido como misionero, y fue nombrado obispo por Francisco. En 2013, asumió un cargo crucial en la Congregación para los Obispos, y más tarde fue elevado a cardenal.