India Bombay presenta Editorial: un manifiesto musical en tiempos de algoritmos

–Veníamos de La Pócima, que tiene un sonido más cristalino, un poquito más limpio. La idea era que aparezcan guitarras. Se incorpora Nicolás Grillo en los teclados, con una forma mucho más orgánica. Queríamos entrar al estudio y buscar otro sonido del que veníamos haciendo, más que nada por diversión. En ese sentido, Alfredo, que es el productor, lo entendió a la perfección. Rodri, el guitarrista, estuvo más experimental, más protagonista. Pero sí, la idea estuvo apenas entramos al estudio.

–¿Por qué Editorial?

–Nos parecía un buen concepto para tocar. En su momento se habló de desglosar el término, de hablar de Edit o Real. Después nos decidimos por Editorial. El disco habla sobre la sobreinformación que tenemos a nivel redes, plataformas, cómo encaramos eso, las relaciones de todo tipo, los pensamientos políticos.

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–Es un tema en auge.

–Sí. Nosotros, por suerte, somos generación del noventa y curtimos un poco más lo físico. También volcamos eso en el disco. En el formato físico viene con un librito de letras y tres temas más. Para promocionar la fecha vamos a salir a repartir volantes, pegar afiches y estar con la gente. También estamos inmersos en esta locura de las plataformas; no podés estar cien por ciento ajeno, pero tratamos de que no sea lo definitivo.

–¿Cómo se logra el equilibrio?

–Estar con la gente es parte de lo real. Los números que aparecen en las plataformas no sabés si suceden realmente o no. En cuestiones de producción musical, hacemos música que nos gusta. Las feats o colaboraciones que tenemos en Editorial fueron elegidas porque le sumaban a la canción. Sé que a veces se busca para sumar números, y está todo bien, es aceptable. Todo es parte del juego, pero nosotros tratamos de seguir este camino. Porque si no, creo que ya hubiese dejado de hacer música. Somos una banda independiente, entonces hoy elegimos nosotros.

–¿Cómo definirías a India Bombay?

–Es una familia. El otro día iba a decir “tuvimos suerte”, pero no sé si es suerte. Con los cambios de integrantes, los que se incorporaron parecían entender todo sin necesidad de explicarlo. Nos divertimos mucho, pero también somos muy directos entre nosotros. Es un matrimonio de cinco. Si el día de mañana queremos tocar otro tipo de música, lo vamos a hacer convivir con lo nuestro. Somos genuinos con nuestro arte y con lo que nos sale. Tratamos de no intoxicarnos con lo mainstream.

–El año que viene cumplen diez años.

–Diez añitos… Fuimos mutando. Noto una evolución muy grande de la banda con el paso del tiempo. Este disco, por ejemplo, es muy profesional. Tiene cierta información muy linda, hablando musicalmente. Hay una evolución y eso es innegable. Sobre nosotros, como dije, somos un matrimonio: intentamos que el otro se sienta cómodo, ver cómo está, y eso es importante.

–¿Qué es lo que más te sorprende de la escena platense?

–Salimos la primera parte del año a tocar por Capital y nos dimos cuenta del nivel que hay acá. En lo musical, en cómo se toman las cosas extramusicales, en la organización que tiene el artista platense, cómo valoriza su trabajo, cómo sabe venderse. Eso para mí es fundamental. Después noto que la nueva camada labura muy bien, tiran ideas, y eso me gusta. En el disco colabora Stroke Kelly, que vino con la cabeza llena de data. Valentino Petrecco, nuestro bajista, lo mismo: vino a dar otro tipo de frescura.