Este miércoles, cientos de fieles comenzaron a ingresar a la capilla ardiente del Papa Francisco, instalada en la basílica de San Pedro en el Vaticano, para rendir homenaje al primer pontífice latinoamericano, en una jornada muy emotiva, como viene siendo durante los últimos días.
El ataúd abierto de Jorge Mario Bergoglio, fallecido el lunes a los 88 años, fue colocado ante el majestuoso baldaquino barroco, con su rosario inseparable entre las manos y vestido con una casulla roja.
El Papa que llegó “del fin del mundo” en 2013 inicia su último viaje, que culminará el sábado con su entierro en la basílica de Santa María la Mayor en Roma, marcando la primera sepultura de un pontífice fuera del Vaticano desde León XIII en 1903.
Desde temprano, largas filas de devotos se formaron en la plaza de San Pedro, donde el domingo Francisco se despidió de las multitudes en su papamóvil.
El féretro fue trasladado en procesión desde la residencia de Santa Marta, donde falleció, hasta la basílica, acompañado por cardenales, guardias suizos, plegarias y el repique de campanas bajo un sol primaveral. Al cruzar la plaza, los fieles irrumpieron en aplausos.
Dieron a conocer un texto inédito del Papa Francisco
A pocas horas del fallecimiento que conmovió al mundo, el Vaticano difundió el último mensaje del Papa Francisco. Se trata del prólogo de un libro sobre la vejez, escrito por el cardenal Angelo Scola y firmado el pasado 7 de abril.
Allí, Francisco afirma que “no hay que tener miedo a la vejez, no hay que tener miedo de abrazar el envejecimiento, porque la vida es vida y edulcorar la realidad significa traicionar la verdad de las cosas”. Y agrega: “decir “viejo” no significa “tirar a la basura”, como a veces lleva a pensar una cultura degradada del usar y tirar. Decir viejo, en cambio, significa decir experiencia, sabiduría, conocimiento, discernimiento, reflexión, escucha, lentitud… ¡Valores que necesitamos desesperadamente!”
En su reflexión sobre la ancianidad, el Sumo Pontífice sostiene que “en el frenesí de nuestras sociedades, a menudo entregadas a lo efímero y al gusto malsano por las apariencias, la sabiduría de los abuelos se convierte en un faro que brilla, ilumina la incertidumbre y da dirección a los nietos que pueden sacar de su experiencia un “más” respecto a su vida cotidiana”.
Por último, Francisco asegura que el libro En espera de un nuevo comienzo. Reflexiones sobre la vejez, “nos da una certeza reconfortante: la muerte no es el fin de todo, sino el comienzo de algo”. Estaba previsto que la obra de Scola llegue a las librerías de Argentina este jueves 24 de abril.