La autopsia realizada por los forenses confirmó que Franco murió por un shock hipovolémico, provocado por un corte profundo en el cuello. Además, presentaba heridas defensivas en manos y antebrazos, lo que sugiere que luchó con su agresor para defenderse.
El episodio ocurrió en su vivienda de la calle Cantilo, entre 15A y 17, y la escena fue descrita por los investigadores como “totalmente revuelta”. Según fuentes judiciales, también faltaba su celular, un indicio que refuerza la teoría del robo.
Inicialmente, el caso fue caratulado como “averiguación de causales de muerte”, pero luego se recaratuló a "homicidio en ocasión de robo", tras el avance de las pericias.
Un amigo de Franco, quien había perdido contacto con ella, fue quien alertó a la Policía al ingresar a la casa y encontrarla tendida sobre un charco de sangre. Si bien fue demorado preventivamente y le incautaron el teléfono, por ahora no está formalmente acusado del asesinato.
Los investigadores de la DDI La Plata junto con la comisaría local analizan cámaras de seguridad tanto públicas como privadas para reconstruir los movimientos antes y después del crimen, en un intento por dar con el responsable.
La figura de Virginia Franco estaba muy respetada en el ámbito profesional y barrial: vecinos la describen como una persona amable, reservada, con una carrera consolidada en la psiquiatría.
Por el momento, el crimen permanece impune y la investigación se intensifica para determinar quién estuvo detrás de esta tragedia que sacudió a City Bell.