La ciudad de La Plata se encuentra expectante ante la llegada de los Hells Angels, el club de motoqueros estadounidense vinculado históricamente a actividades delictivas como el tráfico de drogas y armas. En las últimas horas, se conocieron nuevos detalles sobre su estadía en la capital bonaerense.
Según informaron fuentes oficiales a El Editor Platense, un grupo de alrededor de 150 integrantes habría intentado alquilar el camping de la Dirección de Obras Sanitarias de la Provincia de Buenos Aires (SOSBA), ubicado en la vecina localidad de Ensenada, para llevar adelante una reunión anual.
Sin embargo, al tomar conocimiento de la magnitud del evento y la cantidad de asistentes, las autoridades del predio decidieron negarles el acceso. Ante esta situación, los Hells Angels tendrían intenciones de trasladar la convocatoria a un campo sobre la Ruta 2, en la zona de El Peligro.
En cuanto a su llegada, se supo que si bien algunos de sus miembros son argentinos, la mayoría ingresó al país a través del Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Por el momento, se encuentran alojados en los hoteles Brizo y Corregidor, ambos ubicados en pleno centro platense.
Hells Angels: la historia del polémico club que llegó a La Plata
Los Hells Angels Motorcycle Club (HAMC) es una de las organizaciones de motociclistas más conocidas y polémicas del mundo. Fundado en California, Estados Unidos, en el año 1948, se fue transformando en una agrupación contracultural con el paso del tiempo.
Con una fuerte identidad marcada por sus chaquetas de cuero, tatuajes, y un estricto código interno los Hells Angels surgieron como una hermandad de veteranos de guerra apasionados por las motos Harley-Davidson. Por otra parte, han sido vinculados históricamente a actividades delictivas y diversas agencias internacionales los han investigado por tráfico de drogas y armas. A pesar de ello, ellos niegan estar involucrados en el crimen organizado.
La expansión a nivel mundial comenzó en los años 60 y hoy cuentan con cientos de sedes distribuidas en más de 50 países en todo el mundo. La membresía es exclusiva y requiere un proceso de iniciación extenso. Los integrantes deben seguir un estricto código de lealtad y jerarquía, y no se permite abandonar el club sin consecuencias.
Su lema, “Cuando hacemos el bien, nadie lo recuerda. Cuando hacemos el mal, nadie lo olvida”, refleja su actitud desafiante frente a la opinión pública y, aunque también organizan eventos públicos y desfiles benéficos, su fama mundial está marcada por un aura de misterio, violencia y códigos de silencio, lo que los convierte en un fenómeno social difícil de encasillar y altamente controvertido.