Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, envió este jueves al Senado la Ley Anti-DNU -con modificaciones-, tras una semana de demora, con la intención de que el proyecto no se apruebe antes de las Elecciones Legislativas. En la oposición, igual confían en aprobarlo, aún con la nueva conformación de la Cámara alta.
Pese a la bronca de los bloques opositores, el riojano pudo ganar un tiempo valioso para el Gobierno, que no estaba dispuesto a recibir otro cachetazo del Congreso en la previa de las elecciones. En el Senado, el peronismo tiene 34 bancas y necesita 3 aliados para sostener la versión original y rechazar los cambios que introdujo la Cámara baja.
La Ley Anti-DNU fue impulsada por la Senadora cordobesa Alejandra Vigo y tiene como objetivo limitar el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia, una herramienta fundamental para la gestión libertaria, que al menos en lo que va de 2025, no se esforzó por sostener los vínculos políticos que le permitió gobernar en su primer año.
La Ley Anti-DNU y sus cambios
En la Cámara Baja, la propuesta fue aprobada en general con 140 votos, pero en la votación en particular no consiguió la mayoría absoluta (129 votos) para sostener el artículo 3 que establecía que con el rechazo de una sola de las cámaras se dejaba sin efecto los DNU del Ejecutivo.
Además fijaba un plazo de 90 días corridos de vigencia desde la publicación en el Boletín Oficial y transcurrido ese lapso sin pronunciamiento del Congreso, el decreto quedaba automáticamente derogado.