Cerca de Kicillof advertían que “sin septiembre no hay octubre”. ¿Qué harán los intendentes del peronismo en la campaña nacional?
Las primeras elecciones desdobladas de la Provincia ponían en juego mucho más que las 23 bancas del Senado y las 46 de la Cámara de Diputados. También se plebiscitaron dos modelos diametralmente opuestos de gestión: el de Axel Kicillof y el de Javier Milei a nivel nacional.
Por si fuera poco, también le dieron la razón al Gobernador sobre la eficacia del desdoblamiento, puesta en duda hasta último momento por Cristina Fernández de Kirchner y principal argumento que La Cámpora guardaba por si el resultado era adverso. En la previa, el más optimista de los peronistas y el más pesimista de los libertarios (al igual que muchos encuestadores), veían un escenario de empate técnico.
Los 13,57 puntos porcentuales que separaron al peronismo de La Libertad Avanza, ganando en seis de las ocho secciones electorales, y obteniendo -por ejemplo- el quórum propio en el Senado, le dieron a Kicillof el rótulo de gran ganador de la noche. A saber: el Gobernador defendió con uñas y dientes el desdoblamiento, tensionó con La Cámpora hasta casi romper el vínculo, terminó imponiendo los términos en los que se discutió el reparto de bancas, y a los candidatos en las dos secciones más pobladas.
“Para Axel la conducción”, pidió la militancia, eufórica, en el búnker de Avenida 51 una vez conocidos los primeros números de las elecciones legislativas. Desde el atril, el líder del Movimiento Derecho al Futuro dio otro paso milimétrico en su construcción nacional al remarcar que “este es un triunfo de los bonaerenses para todo el país y del peronismo para todos los argentinos”. Pero sin despegarse de la unidad que lo llevó al 47,28%: “Es una victoria aplastante. Gracias a Sergio (Massa) y a Cristina (Kirchner) injustamente condenada, que debería estar en este escenario", evocó.
De todas maneras, no sería correcto adjudicar el resultado inapelable del domingo 7 de septiembre, exclusivamente a la expertise política de Kicillof. Las cifras que anunció Carlos Bianco a las nueve de la noche -y que se fueron actualizando con el correr de las horas- no pueden separarse de la seguidilla de errores no forzados del Gobierno Nacional, que viene cometiendo una torpeza detrás de otra. El caso ANDIS fue la gota que colmó la paciencia de un electorado que, hasta ahora, soportaba estoico el sacrificio económico. Se sabe: la corrupción es un límite que la sociedad no tolera. La apatía que reinó en las demás provincias que desdoblaron sus elecciones, donde el ausentismo fue la expresión más fuerte, se transformó en una participación de más del 60%, muy superior a la que se esperaba antes de que todo el país conozca la voz de Diego Spagnuolo.
Por otra parte, la paliza electoral no puede leerse sin considerar el aporte clave de los intendentes peronistas del conurbano, que no sólo pusieron el cuerpo y movilizaron todo el aparato durante la campaña, sino que además, muchos de ellos también aportaron su nombre al frente de la boleta para asegurar el pago chico ante el riesgo de que la motosierra se les meta en los Concejos Deliberantes. Esa capacidad de movilización será puesta a prueba nuevamente dentro de un mes, cuando los bonaerenses regresen a las urnas para elegir representantes en el Congreso de la Nación.
Mayra Mendoza (Quilmes), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Diego Nanni (Exaltación de la Cruz), Alejandro Acerbo (Daireaux), Mario Ishii (José C. Paz), Germán Lago (Alberti), y Marcos Pisano (Bolívar) pusieron sus rostros en las boletas seccionales de Fuerza Patria, y en principio, todos asumirán sus bancas en la Legislatura Bonaerense.
Asimismo, Fernando Espinoza (La Matanza), Mario Secco (Ensenada), Fabián Cagliardi (Berisso), Andrés Watson (Florencio Varela), Juan José Mussi (Berazategui), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas) y Pablo Zurro (Pehuajó) encabezaron testimonialmente las listas de concejales en sus distritos. En este pelotón -con las excepciones de los dos últimos, cercanos a CFK- el resto de los alcaldes militan en el Movimiento Derecho al Futuro y muchos de ellos vienen clamando por la conducción de Kicillof para el peronismo todo. En la campaña pusieron “todo y más”, consiguieron el objetivo, y su voz tendrá otro peso ante la conducción nacional.
Es en ese sentido que el espaldarazo de las urnas también le abre una encrucijada al gobernador: si quiere ser presidente en 2027 necesitará hacer un fino equilibrio entre el reclamo de quienes lo impulsaron, la figura omnipresente de CFK, y sectores no necesariamente peronistas pero igualmente distantes del mileiato. El domingo dio otra pista: “Ganamos sumando fuerzas y vamos a seguir sumando fuerzas, en el peronismo y afuera del peronismo", lanzó.
Sin embargo, mucho antes de 2027 -de hecho dentro de poco más de un mes- los bonaerenses volverán a votar, en este caso para elegir 35 Diputados Nacionales en una elección determinante para los próximos dos años del gobierno de Milei. Para el turno nacional, Kicillof se desentendió del armado de la lista y no le disputó la lapicera a Cristina, que terminó cerrando con Jorge Taiana, un nombre que cae bien en todas las tribus del pluriperonismo (el domingo estuvo en La Plata) pero que cuenta con relativo nivel de conocimiento entre el electorado. Ante este escenario, ese “todo y más” que aportaron los jefes territoriales en las últimas semanas será decisivo también en la elección nacional.
“Sin septiembre no hay octubre”, repitieron hasta el cansancio en el MDF, que ya tuvo su septiembre. En el cristinismo sospechan (desde los días de la discusión por el desdoblamiento) de un “relax” de los intendentes, que ya aseguraron sus distritos y que, de yapa, son los mismos que apuntalan a Axel Kicillof como conductor del peronismo, en un claro desafío al liderazgo de quien fuera dos veces presidenta. Temen que el calendario peronista termine en el noveno mes del año. Mientras tanto, y en silencio, confían en que el Gobierno Nacional seguirá pegándose tiros en los pies.