Este fin de semana, La Plata se viste de fiesta con la tradicional celebración del 78° Aniversario de María Santísima Mamma Nostra, patrona del pueblo calabrés de Bivongi. El evento, que año tras año convoca a la comunidad italiana de la ciudad, tiñe de fiesta el Parque Castelli.
Se trata de una de las festividades más sentidas por los descendientes de inmigrantes del sur de Italia, que mantienen viva la devoción por esta Virgen desde hace casi ocho décadas en suelo platense. “Es una festividad tradicional de la comunidad bivongesa, que contará con feria de emprendedores, espectáculos musicales, comidas típicas y el domingo con la hermosa procesión de nuestra Patrona”, indicaron desde la organización.
Las actividades arrancaron a las 14:00 horas y se extenderán con la presentación de la Banda del Servicio Penitenciario Bonaerense a las 19:00 y a las 20:00 será el turno de la reconocida “Banda Hijos del Castillo”. El gran cierre llegará a las 22:00 con un espectáculo de fuegos artificiales sin estruendo, pensado para cuidar a personas sensibles a los ruidos fuertes y a las mascotas.
El domingo, la jornada comenzará a las 11 con la Santa Misa, que será celebrada por el Arzobispo de La Plata, Monseñor Gustavo Carrara. A las 16:00 horas se realizará la emotiva procesión de la imagen de la Virgen por las calles del barrio, una postal que cada año reúne a familias enteras y generaciones de platenses con raíces italianas.
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Mamma Nostra y su historia en La Plata
La celebración de la Mamma Nostra en nuestra ciudad comenzó en 1947, cuando los inmigrantes calabreses –en su mayoría provenientes de Bivongi, un pequeño pueblo de la región de Reggio Calabria– comenzaron a replicar aquí las tradiciones religiosas de su tierra natal.
Los primeros en llegar a La Plata lo hicieron entre las décadas de 1920 y 1930, y muchos se instalaron en la zona sur, cerca del actual Parque Castelli. Allí, en 1927, se fundó el Seminario Mayor San José, con su iglesia dedicada a “Nuestra Señora de La Piedad”, epicentro de las primeras celebraciones.
La devoción por la Mamma Nostra tiene su origen en el año 1710, cuando el sacerdote peregrino Giuseppe Cretari afirmó que el cuadro de la Virgen que llevaba consigo debía permanecer para siempre en Bivongi por mandato divino.
Desde entonces, la imagen se convirtió en un símbolo de protección para su pueblo y para los que cruzaron el océano buscando un nuevo hogar sin olvidar sus raíces.