La investigación por el crimen de Virginia Franco en City Bell continúa y sus allegados apuntan contra el amigo que le manejaba las cuentas
Más de una semana pasó del brutal asesinato a Virginia Franco, la psiquiatra de La Plata que fue hallada sin vida en su vivienda de calle Cantilo, entre 15A y 17, en City Bell. El móvil del crimen continúa siendo una incógnita y ahora, sus familiares brindaron declaraciones que vuelven a poner el foco en el amigo de la víctima.
Pablo Adrián Bozza mantenía una relación estrecha con la psiquiatra y el sábado pasado, tras no poder contactarse con ella, se acercó a la casa y la encontró en un charco de sangre. Este hombre era quien administraba algunas de sus cuentas bancarias, un dato que los investigadores consideraron relevante al principio. Sin embargo, con el pasar de las horas, el hombre colaboró con la causa y se descartó como sospechoso.
Pero en las últimas horas, Armando, cuñado de Franco y hermano del esposo fallecido, brindó declaraciones y apuntó contra este amigo. “Hay que entender que ella era cero por su edad, próxima a los 70 años, no manejaba absolutamente nada", explicó el hombre en diálogo con El Trece, sobre el manejo de la fallecida y sus cuentas bancarias.
"Mi hermano le hacía todos los movimientos de asentamiento, porque ella estaba jubilada de IPS, y seguía trabajando particularmente", contó al respecto. Cuando el hombre falleció, Franco dio con Bozza por medio de una paciente, porque según trascendió, trabajaría en la Caja de Seguridad Social para los Psicólogos de la provincia de Buenos Aires.
En ese sentido, Armando apuntó que el hombre fue ganando confianza y asumió un lugar relevante en la vida de la psiquiatra, siendo en muchas ocasiones, su mano derecha: "Este hombre le manejaba todas las vinculaciones electrónicas con la computadora y, a su vez, fue tomando confianza" y detalló que también "se encargaba de emitir los bonos del ejercicio libre que debía presentar para poder cobrar. Esa tarea ella no la manejaba".
Armando reconoció que la familia y allegados a la víctima aún no entienden ni tienen sospechas sobre el móvil que condujo al crimen. Sobre todo porque en el lugar no había desorden ni elementos de interés que hayan sido robados, más que el celular de Franco, lo que es un elemento vital en la pesquisa.
Todo está “en plena investigación” y con “dos o tres líneas de trabajo”, resaltó y contó que estaría centrada en el análisis de los vínculos personales y profesionales de la psiquiatra, como así también, en el relevamiento de cámaras de seguridad y el testimonio de vecinos que aseguraron haber visto a un grupo de supuestos jardineros en la casa de Franco el jueves previo al asesinato.
"No quiero acusar a un perejil, pero la otra sospecha es de los empleados que vinieron a cortar el pasto y no estaba cortado, es decir que no completaron su tarea", indicó el hombre sobre ello.
Sin embargo, hasta el momento -según lo relatado por el familiar-, no se encontraron movimientos extraños en el área, dado que las cámaras de seguridad no apuntan al lugar señalado por lo tanto, no se registraron dichas escenas. Por esto, se continúa con el relevamiento para poder identificar a posibles sospechosos.