La provincia de Buenos Aires vive un clima de definiciones más que calientes, con caminos que se van cruzando o alineando día a día, pero que indefectiblemente llevan al 7 de septiembre, cuando la Legislatura bonaerense y los 135 Concejos Deliberantes renueven la mitad de sus ocupantes.
El clima de lo que El Editor Platense definió el 1 de abril y que tituló “Elecciones Legislativas 2025: el año de las internas”, se va poniendo más espeso con cada hora que pasa, con cada jugada de uno y otro lado y con cada palabra expresada en público por cualquier dirigente, de cualquier partido político.
Aunque la neblina empezó a despejarse en las últimas semanas, con la definición del calendario electoral que borra las PASO y adelanta las elecciones generales, parece que hasta ahí llegaron los acuerdos. El reloj ahora corre en contra de la confirmación de alianzas, y un poquito más allá en el horizonte, del cierre de las listas, momento en que el electorado conocerá a los candidatos a diputados y senadores provinciales de las ocho secciones electorales, así como de aspirantes a consejeros escolares y concejales de cada uno de los municipios.
El peronismo se saca chispas pero todos claman por la unidad
La guerra interna en el peronismo, unificado bajo el estandarte de Unión por la Patria, desgarró al oficialismo provincial en una lucha que tuvo a la presidenta del PJ, al Gobernador reelecto del distrito más grande del país y al último candidato a Presidente, tirándose con actos, declaraciones de segundas y terceras líneas, y comunicados picantes en redes, en busca de un posicionamiento que les brinde más poder a la hora de armar las listas.
Si bien las negociaciones, que seguirán hasta el último día, desde todas las tribus aseguran que el peronismo no puede darse el lujo de ir por separado a una elección sin primarias, ya que dejaría el camino allanado a La Libertad Avanza y al Pro para ganar la madre de todas las batallas. Si bien las negociaciones, que seguirán hasta el último día, desde todas las tribus aseguran que el peronismo no puede darse el lujo de ir por separado a una elección sin primarias, ya que dejaría el camino allanado a La Libertad Avanza y al Pro para ganar la madre de todas las batallas.
Ahora empieza la rosca en la que las tres patas buscarán pisar fuerte y ubicar dirigentes leales en las listas seccionales. En el medio, deben gobernar para más de 17 millones de personas, con un Gobierno Nacional hostil.
La maquinaria militante del peronismo ya empezó a funcionar en toda la provincia, pero todos los flashes están apuntando a la Tercera Sección electoral, una pecera de más de 5 millones votos y donde Cristina Kirchner podría desembarcar para pelear por una banca en la Cámara baja. Del otro lado, el Kicillofismo apuntala a Jorge Ferraresi, intendente de Avellaneda y enemistado con la expresidenta. El conurbano peronista cruje, pero por ahora no se quiebra.
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El PRO y La Libertad Avanza coquetean pero no concretan
La Libertad Avanza quiere dar el batacazo en estas Elecciones Legislativas, y ganar en la provincia más grande del país es un sueño que en la cúpula libertaria no ven tan difícil de hacer realidad. Para eso, saben, necesitan de la estructura territorial de otros espacios, ya que -también saben- el éxito electoral de LLA se debe mayoritariamente a la “marca Milei”, más precisamente, a la imagen y el nombre del Presidente. En materia territorial, todavía están verdes: no poseen intendencias, a excepción de Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Ramiro Egüen (25 de Mayo) y Fernanda Astorino (Capitán Sarmiento), los tres jefes comunales ex PRO, a los que Mauricio Macri tachó de “vendidos” la semana pasada, cuando afirmó que “todos los que tenían precio, ya los compraron”.
A pesar de todo, el partido que tiene todos los números para ser aliado de las fuerzas del cielo es el PRO, que al menos en el Congreso Nacional, apoyó la gran mayoría de las medidas provenientes de Casa Rosada. Macri ya avisó: “quieren llevarse a tres o cuatro dirigentes. Eso no es un acuerdo, y no es ser respetuosos con quien te acompañó durante un año y medio y que te salvó cinco veces que estabas en crisis".
Mientras tanto, Milei no para de ningunear el poder de fuego del PRO y sigue firme con el plan aspiradora. Macri no piensa ceder y exige una alianza de partidos: su apoyo, a cambio de más poder de decisión en materia política. Y más gente suya en el Gabinete, por supuesto.
Amarillos y violetas son concientes de que ir cada uno por su lado beneficiaría al enemigo en común. En este sentido, las elecciones del 18 de mayo en CABA, donde ambas fuerzas van con listas distintas (Lospenatto vs Adorni) podrían funcionar como unas PASO para el gran frente que se viene. Amarillos y violetas son concientes de que ir cada uno por su lado beneficiaría al enemigo en común. En este sentido, las elecciones del 18 de mayo en CABA, donde ambas fuerzas van con listas distintas (Lospenatto vs Adorni) podrían funcionar como unas PASO para el gran frente que se viene.
La UCR, sumida en su propia interna, podría inclinar la balanza
Para delinear el mapa político que se avecina resta ver cómo se comporta la Unión Cívica Radical, el otro gran protagonista de este Juego de Tronos. El partido centenario también está inmerso en su propia interna y no termina de decidir hacia qué flanco acercarse.
Luego del papelón de las elecciones para el Comité Provincia, cuando el sector que responde a Martín Lousteau y Facundo Manes no reconoció la victoria de Miguel Fernández, el candidato de Unidad Radical (referenciado con Maximiliano Abad, actual mandatario), sobre el referente de Futuro Radical, Pablo Domenichini, y se inició una serie de recursos judiciales que impide al radicalismo oficializar su nueva conducción.
La disputa por el control del partido centenario a nivel provincial, se da, además, entre dos posicionamientos diametralmente opuestos ante el Gobierno Nacional. Abad lidera a los que no verían mal un acuerdo con La Libertad Avanza; y por el otro lado, Lousteau y Manes ven un límite en Javier Milei: “estamos claramente en las antípodas de un acuerdo con los libertarios, que han puesto toda la energía en denostar al radicalismo, desde el propio Alfonsín hasta Hipólito Yrigoyen”, señalaron.
¿Nace un nuevo esquema bipartidista en Argentina?
La atomización que contó El Editor Platense hace un mes está mutando a un sistema de alianzas, formadas por espacios con fuerte representación y con grandes disputas en sus senos. Lo que todavía las mantiene unidas (o en proceso de unirse) y no hace estallar todo por los aires, es la certeza de que en la vereda de enfrente habrá una alianza igual de potente.
De sostenerse esta tendencia, el futuro político de la Provincia y del país podría verse marcado por la puja entre dos grandes potencias. Cada una con su propio proyecto de sociedad y con sus discusiones intestinas a cuestas.
De un lado, el pluriperonismo, encabezado por el tridente CFK-Massa-Kicillof, y del otro lado el frente que podrían formar macristas y mileistas, alianza cuyo nombre, este medio no se atreve a predecir.