La Unión Cívica Radical (UCR) no zafa de las internas, y en este año electoral las disputas por el control del partido están que arden. Luego del papelón de las elecciones para el Comité Provincia, que terminaron en la Justicia, desde la dirigencia nacional boina blanca llamaron al diálogo para no llegar a una intervención.
El sector que responde a Martín Lousteau y Facundo Manes no reconoció la victoria de Miguel Fernández, el candidato de Unidad Radical (referenciado con Maximiliano Abad, actual mandatario), sobre el referente de Futuro Radical, Pablo Domenichini, iniciando una serie de recursos judiciales que impide al radicalismo oficializar su nueva conducción.
En medio de ese entuerto, la Justicia Electoral ordenó repetir los comicios partidarios en distritos como La Matanza, Quilmes y Ezeiza. A su vez, un grupo de dirigentes pidieron la intervención del Comité Nacional, con acusaciones al sector de Abad de querer “tener una simpatía abierta hacia el gobierno de Javier Milei ”, según declaraciones radiales del histórico Federico Storani, que en los últimos días se reunió con Axel Kicillof en La Plata, mandando una fuerte señal al interior del radicalismo.
Este miércoles se vuelve a reunir la UCR bonaerense
Durante la primera reunión entre los aspirantes a conducir la UCR bonaerense, mediados por el Comité Nacional, se tiraron con reproches de ambos lados, pero dejaron las negociaciones abiertas. Este miércoles habrá un nuevo encuentro para limar asperezas y evitar la intervención.
La opción que maneja la dirigencia radical es crear una mesa política con tres representantes por cada bando, además de tres alcaldes, designados por el Foro de Intendentes. En esos términos tendrán que velar por la repetición de la elección en los tres distritos antes mencionados.
La disputa por el control del partido centenario a nivel provincial, se da, además, entre dos posicionamientos diametralmente opuestos ante el Gobierno Nacional. Abad lidera a los que no verían mal un acuerdo con La Libertad Avanza; y por el otro lado, Lousteau y Manes ven un límite en Javier Milei: “estamos claramente en las antípodas de un acuerdo con los libertarios, que han puesto toda la energía en denostar al radicalismo, desde el propio Alfonsín hasta Hipólito Yrigoyen”.