Las Elecciones 2025 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) rompieron la relación entre La Libertad Avanza y el PRO, con una guerra feroz entre los referentes nacionales: el presidente Javier Milei, y el ex Mauricio Macri, se pusieron al hombro la campaña con el objetivo de conquistar la Capital, y copar la hegemonía del voto antikirchnerista.
El batacazo de Manuel Adorni en el bastión histórico del PRO, mandando a la candidata amarilla Silvia Lospennato al tercer lugar es mucho más que un triunfo legislativo de La Libertad Avanza: es un acierto en la estrategia libertaria de “comerse” al macrismo y posicionarse como la única alternativa real al peronismo. El 30,13% de Adorni le dijo “not today” al sueño de Macri de llegar a una alianza de partidos, y la invitación de Adorni desde un eufórico Hotel Libertador fue elocuente en este sentido: “Serán bienvenidos todos aquellos dirigentes que quieran sumarse a esto que se llama La Libertad Avanza ”. Fin.
Con esa chapa, el triángulo de hierro libertario buscará doblegar al PRO también en la Provincia de Buenos Aires. Esto es, arrebatarle dirigentes a Macri, el gran derrotado del domingo 18. La Libertad Avanza está confiada: el mismísimo Javier Milei aseguró que las conversaciones con los referentes territoriales del PRO “están muy avanzadas, aunque no le guste a Macri”. Las reglas del armado bonaerense ya están escritas y llevan la firma del León.
Lo que le queda a Macri
Sin embargo, el ingeniero todavía tiene una carta para pelearle a Milei en PBA, y es la buena relación que aún mantienen el PRO y sus socios de Juntos por el Cambio en el interior de la provincia. Los intendentes, con más peso para tomar decisiones en unas elecciones desenganchadas de las nacionales, quieren hacer valer su poder territorial y pondrán exigencias para alinearse con Casa Rosada.
Para ésto será determinante la posición que adopte la UCR, principal aliado del macrismo en el interior bonaerense, y poseedora de la nada despreciable cifra de 27 intendencias. La buena para Macri es que una buena porción del radicalismo no aceptaría ni por asomo compartir boleta con libertarios, y mucho menos, ser furgón de cola de una nómina con el sello de La Libertad Avanza. La mala: el sector mayoritario, que responde a Maximiliano Abad, sacará a relucir la pésima elección del partido en CABA para erosionar el poder de decisión de Martín Lousteau, el presidente del Comité Nacional, y uno de los que rechaza de plano cualquier acercamiento a los libertarios.
El peronismo no pudo dar el zarpazo en CABA
Del otro lado de la grieta, la elección porteña significó la confirmación de que el peronismo, unido, sigue siendo una fuerza competitiva. Aunque con una buena elección -si se tiene en cuenta el historial del espacio en CABA- que lo consolida como primera minoría, la heterogeneidad en la lista que encabezó el radical Leandro Santoro no alcanzó para dar el gran golpe. No faltan quienes especulan que si se sumaban los votos de Juan Manuel Abal Medina y Alejandro Kim, podría haber sido un triunfo histórico. (No tan) simples conjeturas.
A Unión por la Patria le queda, en la Provincia, tomar nota del caso porteño, ampliar la convocatoria y limar asperezas si quiere tener chances de retener el poderío en el distrito más grande del país. Las definiciones empezarán a asomar en las próximas semanas, cuando Cristina Kirchner y Axel Kicillof movilicen a los suyos, con actos que tendrán mucho olor a campaña. La presidenta del PJ lo hará el sábado 25 en CABA, en ocasión de un nuevo aniversario de la llegada de Néstor Kirchner a la Presidencia, y el Gobernador tendrá su acto en La Plata el sábado 31, para relanzar su Movimiento Derecho al Futuro.
La estrategia de Kicillof de provincializar la elección al desdoblarla, viene chocando con la idea de CFK de nacionalizar el debate y plebiscitar al gobierno de Milei. Seguramente ninguno de los dos pasó por alto las palabras de Jorge Macri en la noche del domingo: “Perdimos porque se nacionalizó la elección”. Incluso Manuel Adorni aportó al debate: “En esta elección se elegían dos modelos, no era sólo una elección local”.
Las Elecciones 2025 y la baja participación
La baja participación es otro dato que miran con atención en todos los campamentos. La tendencia comenzó con las elecciones a constituyentes en la provincia de Santa Fe, y se repitió en los comicios del pasado fin de semana en Salta, Jujuy, Chaco y San Luis. En la Ciudad de Buenos Aires, apenas poco más de la mitad del padrón asistió a las urnas. Si bien, históricamente, las elecciones de medio término ven reducida su participación si se las compara con las presidenciales, los números de este año vienen siendo excepcionalmente bajos, muestra del descontento de los vecinos con la política en general.
Se sabe, también, que una poca afluencia de votantes suele favorecer a los extremos, que ven reforzado su núcleo duro. Javier Milei, que cuenta con el envión de una gran victoria, y el plus de haberse devorado al PRO, buscará polarizar directamente con Cristina Fernandez de Kirchner, su antítesis. En ese contexto, el kicillofismo quiere quebrar las reglas de juego impuestas por el Gobierno Nacional, y llevar el debate hacia la agenda local. Para eso, deberá poner toda la carne al asador. Habrá que ver si es suficiente.