La remodelación de Plaza Italia, en la intersección de 7 y 44, promete ser inaugurada el 3 de junio. Lo que debería ser una celebración se ve empañado por el descontento de los vecinos, que cuestionan el exorbitante costo de la obra - casi 2 mil millones de pesos-, los reiterados retrasos y un resultado que consideran insuficiente para semejante inversión.
La puesta en valor de este espacio de La Plata, adjudicada a la empresa Rol Ingeniería S.A. por un monto total de $1.992.944.866,25, incluye la restauración y reubicación del “Monumento Alla Fratellanza” al centro geográfico de la plaza, el traslado de la escultura “El Trabajo” al vértice de 7 y 43, y la renovación del solado con baldosas graníticas. “¿Casi 2 mil millones para esto? Es una locura. Las demoras son interminables y lo que vemos no justifica ese monto”, expresó un vecino de la zona en diálogo con El Editor Platense.
“Llevamos meses con vallados, ruido y promesas que no se cumplen. Dijeron que estaría lista antes, pero seguimos esperando”, se quejó un residente, mientras señalaba sectores aún en construcción. La fecha del 3 de junio, aunque simbólica por su vínculo con la comunidad italiana, llega tras varios aplazamientos que han agotado la paciencia con Julio Alak.
plaza-italia-cerrada-obra-la-plata.jpg
Las obras en plaza Italia generan un fastidio enorme en los platenses
El resultado parcial tampoco convence. Aunque la reubicación de los monumentos y la incorporación de espacios verdes suenan atractivos en teoría, muchos dudan de su impacto real. “Pagar casi 2 mil millones por baldosas nuevas y algunos árboles es inaceptable. Esperábamos algo que realmente transformara la plaza”, opinó una comerciante
Plaza Italia, con su costo millonario, retrasos y un resultado cuestionado, se ha convertido en un símbolo de frustración para los vecinos, que exigen respuestas claras sobre el manejo de los recursos y obras en otras partes de la región.
El corazón de plaza Rocha en peligro: puesto verde lucha por no ser arrancado de sus raíces
Un nuevo foco de conflicto sacude la emblemática plaza Rocha, en el corazón de La Plata, donde el puesto verde, un tradicional local de comidas con casi 30 años de historia en el lugar, se encuentra en la mira de la gestión local de Julio Alak.
Las autoridades de la Municipalidad de La Plata buscan desalojarlo como parte de un plan de reordenamiento del espacio público, pero tanto los trabajadores como los dueños del establecimiento se resisten firmemente a la medida, generando una creciente tensión en la zona.
El comercio, ado estratégicamente en la plaza delimitada por las calles 7, 60, y las diagonales 77 y 78, ha sido durante décadas un punto de referencia para vecinos, estudiantes y trabajadores que transitan diariamente por el área. Más allá de eso, la Comuna argumenta que su remoción es necesaria para avanzar en las obras de remodelación en este espacio verde.
"Este puesto lleva casi 30 años acá, es parte de la identidad de la plaza. No nos pueden sacar así nomás, sin diálogo ni soluciones. Vivimos de esto y no vamos a dejar que nos echen", expresó un trabajador.
La situación escaló en las últimas horas, cuando se reportaron momentos de tensión entre los ocupantes del puesto verde y agentes municipales que habrían intentado avanzar con la medida. Vecinos y habitués del lugar también se sumaron a la defensa del local.
La Plata, a la espera: malestar por demoras en la obra de plaza Rocha
Las obras de remodelación en Plaza Rocha, en 7 y 60, lejos de generar entusiasmo, desataron una ola de críticas y malestar. Entre el ruido de las máquinas, el vallado que corta el paso y las eternas promesas de un espacio renovado, la paciencia de los vecinos de La Plata se agotó.
El proyecto, impulsado por la Municipalidad a cargo de Julio Alak, promete baldosas graníticas, juegos infantiles modernos y una plaza digna de su historia, pero los residentes del barrio no están muy ilusionados con esto.
La obra, adjudicada a INSA S.A. por casi $997 millones, tiene un plazo estimado de cuatro meses, pero la desconfianza reina. Muchos denuncian que la intervención parece más un capricho estético que una solución real.