Este viernes 26 de septiembre se reanudará el juicio por trata de personas y narcotráfico, delitos que se desprenden de la causa por el femicidio de Johana Ramallo en La Plata. La causa comenzó a tomar un giro crucial en la última audiencia de julio, cuando el primo de la víctima declaró ante los jueces.
En su testimonio, el hombre relató que Johana, la joven de 23 años que desapareció en julio de 2017, le había contado que había sido amenazada por uno de los acusados, que ahora se encuentra en el banquillo de los imputados.
En ese momento, el nombre que apareció en su relato fue el de Carlos Rodríguez, alias “Cabezón”, un personaje conocido en la Zona Roja de la ciudad. Rodríguez es uno de los ocho imputados que enfrenta cargos por su participación en una red de explotación sexual y tráfico de drogas.
Junto a él, figuran Hernán D’ Uva Razzari, Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinosa Linares, Mirko Alejandro Galarza Senio, Celia "La Negra" Benítez, Paola Erika Barraza, alias “Tormenta”, y Celia Giménez.
El prontuario de “Cabezón” Rodríguez es extenso y revela un historial criminal de gravedad: falso testimonio, encubrimiento agravado, promoción y facilitación de la prostitución, explotación sexual de mujeres y narcotráfico.
La reconstrucción de las últimas horas de Johana Ramallo
A partir de esta semana, la fiscalía tiene por delante el desafío de continuar con la reconstrucción de las últimas horas de vida de Johana Ramallo. Las investigaciones confirmaron que Carlos Rodríguez mantenía una relación sentimental y de explotación sexual con la víctima, a la vez que utilizaba redes sociales para coordinar encuentros con sus víctimas.
La causa sostiene que Rodríguez estuvo vinculado a la Zona Roja desde mediados de 2016 hasta mediados de 2017, operando como proxeneta y comercializando cocaína a los clientes, utilizando a las trabajadoras sexuales como intermediarias, entre ellas, Johana Ramallo.
Testigos que han declarado en la causa aseguran que el acusado mantenía contacto directo con las mujeres a las que explotaba. Según los testimonios, les suministraba drogas y les ofrecía protección, aunque en realidad las sometía a una red de abuso y control.
Este viernes, además, se espera la declaración de nuevos testigos que podrían arrojar más detalles sobre los manejos vinculados a la trata de personas y el narcotráfico que operaban los imputados.