El vocero presidencial Manuel Adorni anunció este miércoles que el Gobierno reducirá a Subsecretaría la actual Secretaria de Derechos Humanos, en sintonía con la política impulsada por el liberal desde el inicio de su administración. Además, anticipó que habrá despidos en el área.
“El Ministerio de Justicia definió que la Secretaría de Derechos Humanos será convertida en Subsecretaría, de esta manera se va a recortar el 40% de la estructura y el 30% del personal, lo que implica un ahorro de 9 mil millones de pesos anuales”, sumó el funcionario nacional esta mañana.
“Ahora sí se va a encargar de defender todos los derechos humanos y no de defender un sector ideológico partidario”, sumó el flamante legislador porteño en su habitual rueda de prensa.
Semanas atrás , la organización no gubernamental Amnistía Internacional advirtió sobre un fuerte retroceso en lo relativo a los derechos humanos en la Argentina durante 2024. “12 meses de gobierno, 12 derechos perdidos” se titula el apartado del informe que se dedica a profundizar sobre el caso argentino y la gestión de Javier Milei.
“El deterioro de los derechos no es una metáfora: en Argentina, durante 2024, vimos cómo se revirtieron conquistas fundamentales en materia de justicia social, libertades civiles y garantías individuales”, señaló Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina quien agregó: “La respuesta del Estado frente a la protesta pacífica, la crítica pública, la desinformación muestra un giro hacia prácticas con profundos rasgos autoritarios que amenazan la convivencia social”.
Milei y el efecto Trump
A nivel internacional, Amnistía Internacional advierte que la situación en Argentina no es una excepción. El llamado “efecto Trump” profundizó el avance global de prácticas crueles que se sucedieron durante 2024, caracterizada por la mezcla de prácticas autoritarias y codicia empresarial.
Su embestida contra principios clave como el multilateralismo, el derecho al asilo, la justicia racial y de género, la salud global y la acción climática no solo está agravando daños preexistentes, sino que también incentiva a otros líderes y movimientos anti-derechos a seguir su ejemplo.
“Lo que vemos en Argentina no es un hecho aislado: es parte de una tendencia global que busca silenciar voces críticas, desmantelar políticas de protección y reprimir la expresión pacífica. En nuestro país, este retroceso se ha dado de manera acelerada y deliberada”, sostuvo Mariela Belski.