El triunfo de septiembre terminó en derrota nacional y todos los cañones apuntaron a Axel Kicillof. Los intendentes se plantan contra La Cámpora y Cristina
La derrota, aunque ajustada, en las Elecciones Legislativas nacionales, dejó al peronismo de la provincia de Buenos Aires al borde de la implosión. El tuit de Mayra Mendoza enrostrando que “Cristina tenía razón, no importa cuándo leas esto”, fue el primer disparo de La Cámpora hacia Axel Kicillof, a quien culparon del resultado por haber desdoblado la elección.
Las caras de Máximo Kirchner -incómodamente estoico en el escenario que armó Fuerza Patria en el búnker de La Plata- mientras el gobernador agradecía a los intendentes, expresaron todo: el presidente del PJ dijo, con gestos, lo que todo el cristinismo piensa “los jefes comunales del MDF hicieron la plancha después de la elección de septiembre”.
Kicillof rápidamente se desligó de las acusaciones y minimizó la derrota, subrayando que el peronismo obtuvo un diputado más de los que ponía en juego, y que en PBA se obtuvieron prácticamente los mismos votos en ambas elecciones. El argumento que exponen desde Gobernación es que “La Libertad Avanza creció mucho”. Y no se habla más del tema.
Suena a poco si se tienen en cuenta las discusiones pendientes en el pluriperonismo, apenas solapadas por la paliza de septiembre, esa que volvió, 50 días después, como un boomerang directo a la cara del mandatario bonaerense.
Desde el entorno de Kicillof no esperaron demasiado y el día después de los comicios salieron a respaldar el desdoblamiento y el rol de los intendentes en la campaña. Mario Secco, uno de los hombres de mayor confianza del Gobernador, le respondió a su par de Quilmes sin pelos en la lengua: “ Muchas veces se quieren limpiar el traste con nosotros y no quieren reconocer que las estrategias que se llevan adelante no han resultado”. De paso, palo para Cristina Fernández de Kirchner, diseñadora exclusiva de la lista que encabezó Jorge Taiana.
Desde Berisso, Fabián Cagliardi insistió con la candidatura presidencial de Kicillof y avisó que no habrá lugar para el enemigo íntimo: “Axel no va a ser sólo el candidato del peronismo sino de muchos argentinos. Hay radicales que dicen: Con Axel sí, con el kirchnerismo no”, disparó. El jefe comunal de Salto, Ricardo Alessandro, le puso nombre y fundamentalmente apellido a lo que sienten muchos en el Movimiento Derecho al Futuro: “ la gente no quiere más a La Cámpora, no lo quiere más a Máximo Kirchner, no la quiere más a Cristina Kirchner bailando en el balcón”, renegó.
Andrés Larroque -fundador de La Cámpora, de donde se fue por diferencias con Máximo para armar La Patria es el Otro, y ahora reporta al MDF- le puso más pimienta al caldo: “el peronismo está en una fase de transición que tiene que acelerar y profundizar”, analizó. Y agregó, evitando dar nombres: “Es con todos pero hay que ver cómo funciona el equipo”, para rematar con una metáfora futbolera: “Miren cómo funcionó Messi con Sampaoli en 2018 y con Scaloni en 2022”. El cambio de conducción es un pedido a gritos.
No es casualidad que en la mañana del martes, la sede del PJ provincial (54 entre 7 y 8), amaneciera intervenida con carteles que exigían elecciones partidarias, que incluían duros mensajes, principalmente contra Kirchner: “Máximo, el PJ no es tu juguete”; “Devuelvan el PJ de PBA a los peronistas”; “Basta de herederos y bendecidos”, rezaban. El mandato de Kirchner al frente del PJ bonaerense vence el 18 de diciembre de este año y los plazos para convocar a elecciones ya vencieron. La pelea por la conducción del partido, herramienta electoral del Movimiento Justicialista, es una de las tantas que habrá en el peronismo bonaerense en las próximas semanas.
Kicillof convocó a los intendentes alineados a una cumbre en Gobernación para este viernes, de donde se espera que salgan las directrices para encarar el último tramo del año, consientes de la urgencia de conseguir instrumentos clave en la Legislatura como la denominada Ley Corta (endeudamiento, prórroga de emergencias y la caducidad de las deudas que los municipios tienen con la Provincia). Para eso, el gobierno de Kicillof deberá negociar no sólo con los legisladores que le responden a los Kirchner, sino con la oposición, que ya avisó que no van a discutir la Ley Corta separada del Presupuesto (que, a su vez, depende del Presupuesto Nacional, todavía en veremos en el Congreso). La conducción de los bloques legislativos y la presidencia de la Cámara de Diputados, hoy en manos del massismo, también entran en el menú.
A propósito del Frente Renovador, en la tercera pata de la mesa insisten en mantenerse al margen: “ No entramos en la interna de si la derrota fue culpa de los intendentes o de Axel”, dijeron a El Editor Platense. Los últimos movimientos de Sergio Massa apuntan a sostener la unidad, limar asperezas, y comenzar a construir una alternativa de Gobierno que no repita el fracaso del Frente de Todos, en caso de un eventual regreso del peronismo al poder.
El tigrense jugó en tándem con CFK durante los últimos dos años, aunque en la recta final de la campaña desdoblada se mostró más cercano al gobernador: la platea que se dispuso en el búnker de Fuerza Patria, sobre la vereda del Teatro Argentino, estaba colmada de dirigentes, candidatos, intendentes y ministros del MDF y del FR, mientras que los principales referentes de La Cámpora se ubicaron en la vereda opuesta. En este contexto desde el entorno del ex candidato a presidente explican que “ la unidad no solo es un valor político, sino que también es una estrategia electoral. Cuando vamos divididos a las urnas, la división nos complica los resultados. Nuestro cierre con listas divididas en muchas provincias nos jugó en contra”. La unidad como único requisito para enfrentar a Milei.
Lo que salga de la reunión de mañana en Gobernación determinará en gran parte el nuevo escenario que le espera no sólo al peronismo bonaerense, sino también al resto de la gestión de Kicillof. Al gobernador se le vienen dos años por demás complejos, en los que deberá sostener los apoyos conseguidos y ampliar el horizonte si pretende ser candidato a presidente. Las palabras de Cagliardi dejan una pista en ese sentido y es apenas una muestra de la presión de los intendentes al gobernador para que rompa con Cristina.
En la otra vereda, La Cámpora no se queda atrás, y avisó que darán las discusiones que haya que dar. No descartan la continuidad de Máximo Kirchner al frente del PJ y no les faltan argumentos políticos y territoriales para dar la pelea. Además, cuentan con el plus del apoyo de la ex dos veces presidenta.